El solo de trompeta quejumbroso con el que empieza «El padrino»
suena por Mario Puzo, el creador de esta saga sobre la mafia, cuyo
fallecimiento el viernes ha supuesto el último capítulo sobre una
de las películas más respetadas de la historia del cine.
Un fallo cardíaco paró el corazón de este escritor de 78 años
cuando, de acuerdo con las informaciones difundidas en Hollywood,
el autor se embarcaba en un nuevo proyecto o mejor dicho retomaba
una antigua idea trabajando en el guión de la cuarta entrega de «El
padrino».
Puzo se había reunido con Francis Coppola, realizador de las
anteriores entregas, para comenzar las discusiones sobre el futuro
de esta saga. A pesar de la cautela con la que Coppola hizo
referencia a este tema, el director confirmó que existían contactos
con Andy García y Leonardo DiCaprio para interpretar los papeles
principales y que Puzo estaba trabajando en esto «activamente».
Hijo de una familia de inmigrantes analfabetos, Puzo se dedicó
desde su juventud a reflejar historias de emigrantes, que aunque
fueron bien recibidas por la crítica no le dieron ningún dinero. La
fama y la fortuna sólo acompañarían el nombre de Puzo cuando
escribió «El padrino», un libro que se tradujo a 20 idiomas y
vendió 21 millones de copias en todo el mundo.
Junto a Coppola elaboró un guión que se convertiría en uno de
los clásicos del cine, trazando un retrato tan próximo a la
realidad que la liga en favor de los derechos civiles de los
italo-americanos hizo que se eliminaran de la película varias
referencias a la mafia y a la «cosa nostra».
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