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TONI LIMONGI La Filarmónica de las Naciones, la orquesta internacional fundada por Leonard Berstein y dirigida actualmente por el prestigioso pianista Justus Frantz, ofreció ayer en el Auditòrium un recital de música clásica en el que se vivió un ambiente de convivencia entre diversas culturas, tanto entre los asistentes al acto como entre los propios músicos. La «Gazza ladra» de Rossini, el concierto en la mayor para violín y orquesta de Mozart y la sinfonía número 4 en fa mayor del Tchaikovski consiguieron una gran ovación de público.

El concierto constituye uno de los pocos casos en que esta importante orquesta, que opera sobre todo en Alemania y en los países anglosajones, se acerca a nuestro país.

Verónica Lacruz Martínez, de 22 años, es la única española que figura entre los casi 80 miembros de diversas nacionalidades que integran la orquesta. Esta valenciana, de 22 años, toca el oboe en la Filarmónica desde hace menos de un mes. «Estoy aquí conyunturalmente, estaba estudiando el Grado Superior en una escuela en Alemania y se me ofreció la posibilidad de hacer una sustitución. Por lo tanto no estoy aquí como un miembro fijo», asegura la instrumentista.