Si sus hijos o hijas "hermanos, alumnos, sobrinos..." se muestran
inquietos, pintan enloquecidos en todas partes o recitan poemas de
Rimbaud a la tierna edad de ocho años, los centros y fundaciones
culturales de Mallorca ofrecen una buena terapia para encauzar las
inquietudes creativas de los zagales. Música, poesía, artes
plásticas e, incluso, ciencia se hallan entre las paredes del Gran
Hotel de la Caixa, el Museo Español de Arte Contemporáneo de la
Fundació March o la Fundació Pilar i Joan Miró.
En este último centro, a través del programa «Inventa el teu
propi personatge», que se desarrolla entre abril y marzo, los
jóvenes de menos de doce años y más de cinco podrán descubrir los
autorretratos de Joan Miró. La pintora Mònica Fuster les
acompañará, durante dos horas, con una fotocopiadora. Y con ella
mirarán de transformar su imagen a la vez que reconecerán su genio
creativo junto con el del artista catalán.
La Fundació la Caixa diversifica mucho más su oferta. Además de
las visitas escolares que suelen utilizar todos los museos para
promocionar el arte entre ojos noveles, llevan a cabo otras
propuestas. El Gran Hotel de Palma alberga cada sábado, también a
las once y media, «Bocabadart»: una manera de acercar las
exposiciones temporales y la muestra permanente a los mayores de
ocho años y a sus padres. Se trata de que unos y otros se
introduzcan en el arte de este siglo delegando sus miradas. Los
adultos lo ven con ojos de niño y los jóvenes aprenden a apreciar
cuadros y esculturas.
«Històries fotogràfiques» se dirige a los profesores para que
sean ellos los que aproximen el arte de Cartier-Bresson, Sebastiao
Salgado o Català Roca a sus pupilos. Allí, se imparten una serie de
propuestas creativas que mezclan fotografía y palabras,
instantáneas de palabras.
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