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MARTA RULLAN - VENECIA El español Javier Bardem es uno de los favoritos para conquistar el premio al mejor actor de la Mostra de Venecia por su interpretación del poeta cubano Reinaldo Arenas, un papel que le ha cambiado la vida y no sólo profesionalmente. «He tenido que trabajar cuatro meses con lo que significa la palabra libertad y eso ha cambiado mi manera de ver las cosas», explicó el protagonista de «Before night falls», el film dirigido por el estadounidense Julian Schnabel presentado ayer en competición.

La cinta recorre la vida de Arenas, desde sus orígenes en la más absoluta pobreza hasta su exilio y muerte en Estados Unidos tras sufrir la persecución del régimen cubano por ser escritor y homosexual. «No es una película anticastrista, sino que describe la odisea de Arenas y da la casualidad de que pasó en Cuba, aunque podría haber sucedido en cualquier otro lugar donde exista una dictadura», dijo Bardem, que resaltó que el libro autobiográfico en el que se basa, «Antes de que anochezca», «es mucho más duro y nosotros hemos querido suavizarlo».

El rodaje se realizó entre México y Estados Unidos, ya que las autoridades cubanas denegaron el permiso, «por razones obvias y además hubiera sido un trabajo incomodísimo». Bardem reconoció que al principio rechazó el papel «por razones políticas», pero después de acercarse a la obra del escritor le resultó «admirable su sacrificio, su vida y su arte», que le convierten en un «héroe contemporáneo». «Me fui a La Habana y hablé con la gente y entonces me di cuenta de que este capítulo que ya está cerrado le sucedió a muchos», explicó, y aseguró que «si al principio tenía mis perjuicios, al final tuve que aceptar lo que había pasado».