El fallecimiento del pintor Aligi Sassu el pasado mes de julio en
Pollença fue recordado esta semana en la ciudad de Milán, donde
pasó gran parte de su vida y donde mantuvo un estudio abierto hasta
el final de sus días. El acto tuvo lugar en la iglesia del Santo
Sepulcro, organizado por la Biblioteca Ambrosiana. Fue el pasado
día 19. Una vez más, la prensa italiana recogió el hecho, que se
une en los medios informativos de aquel país a los numerosos
artículos publicados desde la muerte del maestro.
Una misa, oficiada por monseñor Gianfranco Ravasi, fue también
un encuentro entre amigos y conocidos del artista para honrar su
memoria. Una celebración litúrgica a la que no faltaron Helenita
Olivares, viuda de Sassu, y toda su familia. «Sassu era un hombre
muy amable, cordial, gentil», comentó el sacerdote al «Corriere
della Sera».
Según recoge el diario «Milano Metropoli», la San Giorgio
Investimenti d'Arte celebra ahora con una monografía el trabajo de
Sassu en una de sus vertientes. «Es la primera vez que se documenta
el mundo gráfico del artista de manera exhaustiva, por lo que esta
publicación representa un hito en la edición de arte». Se trata de
facsímil que reproduce cientos de dibujos de Sassu desde el año
1938 hasta la actualidad. En todos los dibujos del artista en
diferentes técnicas conviven armoniosamente, la antiguedad y la
actualidad, el mito y el empeño político, el erotismo y la
espiritualidad. En la sensual carnalidad de los desnudos femeninos,
los ojos de Sassu son los de un Renoir de nuestro tiempo, dice el
diario italiano.
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