Francesc Verdú, consejero delegado de la Banca March, hizo pública
ayer una nueva faceta de su vida, hasta ahora sólo conocida por sus
amigos más íntimos: la poesía. El centro de arte Pelaires de Palma
acogió la presentación de su primer poemario, de título «La flaire
dels codonys», que ha sido publicado por la editorial valenciana
3i4. La presentación corrió a cargo de la periodista y columnista
de Ultima Hora Cristina Ros, del editor Eliseu
Climent y del pintor Jim Bird.
Lo primero que sorprende es que un directivo bancario se dedique
a la poesía. Su explicación es sencilla: «Escribo porque el mero
hecho de vivir deja en mi unas reflexiones y unas experiencias que
no puedo dejar pasar. Escribir es una manera de reclamar un orden
interno, una agarradera para encontrar mi propia fuerza», explica
el autor que a la hora de definir su poemario lo hizo afirmando que
se trata «de un viaje desde la oscuridad a la luz, una luz que sólo
puedes encontrar en el amor entendido en todos sus sentidos».
Para Verdú, la publicación de este poemario ha tenido que
superar la vergüenza de hacer público unos poemas íntimos, que sólo
conocían sus personas más próximas. «Este libro me ha servido para
unificar todos mis yos y para integrar mi yo íntimo en el yo
público que hasta ahora era el único que se conocía», declara.
Cristina Ros, que se encargó de la presentación, definió a
Francesc Verdú como un personaje con dos caras: un hombre de altas
finanzas y un amigo en contacto con la cultura. Sobre los poemas
aseguró que «se trata de una poesía como de consecuencias, hecha a
golpe de corazón. Sus poemas hablan de la tierra, del árbol, de los
sueños... A su vez es muy nihilista y pesimista, contrastando con
su carácter.
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