Un 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla de Lepanto en la que,
el entonces militar Miguel de Cervantes perdió un brazo. Por ese
motivo, ayer, y coincidiendo con el IV Congreso Internacional de
Cervantistas, se inauguró en dicha ciudad un monumento en homenaje
al que, tras aquella contienda, se convirtió en el más grande
escritor en lengua castellana. La escultura es obra del artista
mallorquín Jaume Mir.
Jaume Mir se trasladó la pasada semana a Lepanto, donde también
se encuentra otro mallorquín, José María Casasayas, presidente de
la Asociación de Cervantitas, para estar presente durante el acto.
El monumento ha sido sufragado por numerosas instituciones
públicas, griegas y españolas, entre ellas universidades y
comunidades autónomas.
El Cervantes concebido por Mir es un bronce de 2'15 metros de
alto que en su mano derecha enarbola una pluma «como símbolo de
paz», según comentó a este diario el escultor. La escultura de Mir
quedará ubicada en el puerto de Lepanto, en medio de un pequeño
jardín.
Cuando Mir ya había culminado esta obra explicó: «Cervantes
tiene muchos monumentos por todo el mundo y todos le representan de
la misma manera, con la espada al cinto y un libro en la mano. Yo
había leído 'El Quijote' y volví a releerlo con motivo de este
proyecto, de tal modo que llegué a la conclusión de que había
nacido con dos vocaciones, la militar y la literaria. Por la fuerza
de las armas quería conquistar el mundo, cosas materiales, pero en
Lepanto recibe un arcabuzazo que le inutiliza el brazo. Tiene que
dejar la lucha pero se lanza a otra conquista, esta vez a través de
la pluma, de la fuerza de la razón puesta al servicio de la paz, de
la concordia». Por ello el Cervantes de Jaume Mir clava su espada
en unos libros pero no los atraviesa, sino que los mella.
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