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Nada más cerrar una exposición en la Escuela de Cerámica de la Moncloa, en Madrid, la artista Amelia García acaba de inaugurar otra en la Escuela de Arte Jacinto Alcántara, también en dicha ciudad, en la que la ceramista presenta las piezas que ha creado dentro del proyecto «Ataifor», que ya exhibió también en la Fundació Pilar i Joan Miró en 1999.

Ataifor es una palabra árabe que significa plato y con «mi ataifor lo que pretendo es hacer una simbiosis entre la historia y el mundo contemporáneo», cuenta Amelia García. «Respecto al primero, porque el concepto de plato viene del mundo árabe y lo contemporáneo es la actualidad, que me interesa porque es ahora cuando la estoy desarrollando», dice la artista. «Ataifor» es también para ella un proyecto global que surgió cuando recibió el encargo de diseñar una vajilla, un trabajo que partió de la tradición y se desarrolló con la intención de hacer unas obras actuales.

«Éstos son dos proyectos de diseño, aunque yo nunca he hecho mucho en este campo a pesar de que en la Escuela de Arte de Palma doy clases de diseño». «Estas piezas comienzan a evolucionar hacia unos caminos más personales que es lo que más me interesa», señala, porque lo que le realmente le atrae son las que responden al concepto de esculturas. Es también cuando Amelia García comienza a utilizar el color, «un color limpio, muy trabajado, con una pureza que no es muy habitual en la cerámica». Siguiendo la estela de Miró introduce el dibujo como «algo suave, tenue, como una huella». Y aunque tampoco ha dejado de lado la figura, la artista se siente más «cómoda» entre las formas abstractas.