Miquel Àngel Colomar (Palma, 1903-1970) ha sido uno de los grandes
intelectuales que ha dado Mallorca y que en los últimos años había
caído en el olvido. La reciente reedición de la novela «Polly
quiere una galleta» por parte de la editorial Calima y una
exposición en el Centre de Cultura Sa Nostra servirán para
recuperar la figura de este periodista, escritor, crítico de arte y
pintor.
Por lo que se refiere a la exposición, se inaugurará a finales
de abril y su grueso estará formado por obra pictórica, que se
distribuirá en tres aspectos: óleos sobre tela y papel; una
selección de dibujos; y una serie de retratos que le hicieron
diversos artistas. La exposición también contará con manuscritos,
cartas, revistas y publicaciones en las que escribió, así como un
buen número de fotografías.
En cuanto a la reedición de «Polly quiere una galleta», el
volumen cuenta con un amplio estudio sobre el autor y su obra.
Mención aparte merece el texto del escritor Antoni Serra que lleva
por título «Visió personal (intrasferible) de l'excèntric literari,
Miquel Àngel Colomar». Serra define a Colomar y lo sitúa en la
época que le tocó vivir. Escribe: «Era un hombre excesivamente
inteligente, lúcido (y lúdico, a pesar del tiempo y la pobreza
cultural de la Isla) y rebelde para que fuera aceptado de una
manera normal y natural por la sociedad de postguerra. Representaba
la consciencia crítica y no gozaba de ningún favor especial, sino
todo lo contrario, del ambiente intelectual. (...) Colomar
representó aquí, en la paralizada sociedad cultural de postguerra,
la concreción del primer excéntrico literario».
Miquel Àngel Colomar formó parte del grupo ultraísta de Mallorca
junto a Joan Alomar, Ernest Dothorey, Jacob Sureda, Josep Lluís
Moll y, mientras estuvo en Mallorca, Jorge Luis Borges. Ellos
escribieron el «Manifiesto del Ultra», un texto que Colomar no
llegó a firmar por su desconfiana hacia Moll, más conocido como
«Fortunio Bonanova». Como explica Antoni Serra, Miquel Àngel
Colomar se significó en los años 20 y 30 «como un intelectual
avanzado y crítico feroz, de una exigencia insobornable». Por esto,
tras la Guerra Civil fue ejemplarmente represaliado. Hizo trabajos
forzados, estuvo preso y fueron los años más difíciles de su vida.
Más adelante reconocería que era un cadáver viviente desde
1936.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.