La bailarina y coreógrafa María Giménez presenta hoy en el
Auditòrium de Palma el espectáculo «En blanco y negro», un ballet
producido por su propia compañía. En su afán de perfeccionismo, la
artista ha ido modificando algunos aspectos de la puesta en escena
que han servido, a su juicio, para «enriquecer y mejorar la
propuesta». Así, se ha cambiado la partitura inicial de la cantante
Rosanna por otra de Carlos Rodríguez y Yamel Romero. «Cuando haces
un espectáculo, rectificar es de sabios. A partir de la tercera
función hicimos un parón de varios meses. La banda sonora no
funcionaba muy bien, se necesitaba incidir más en las raíces
afrocubanas y árabes, para luego evolucionar hacia un concepto más
moderno», aseguró ayer.
La artista precisó que «En blanco y negro» fusiona la «danza
clásica y contemporánea, lo flamenco y lo cubano». Giménez propugna
un concepto altamente democrático de la danza: «Quiero romper el
tabú de que es preciso 'entender' mucho de danza para ir a
disfrutar de un ballet. Este espectáculo está concebido para que
todo el mundo acuda y se divierta. Que la gente no se sienta
condicionada por no ir con un abrigo de visón al teatro. Creo que
lo importante es llegar a la sensibilidad del espectador»,
puntualizó. La artista explicó que «se trata de una historia simple
de amor que llega y que emociona. Un argumento en la línea de
'Romeo y Julieta', pero con un final feliz».
Giménez definió su rol en el ballet como «un papel difícil, que
es complicado que lo haga otra persona. Requiere una bailarina con
una técnica clásica fuerte y algún conocimiento de danza española.
Son importantes los acentos, los movimientos de los brazos». «En
blanco y negro» está interpretado también por los bailarines Javier
Toca, Alejandro Colas, Eduardo Tellez, Joel García del Rio, Arneis
Rubio, Miguel Àngel Villalba, Miguel Olite, Fermín Calvo y
Francesco.
Entre tanto intérprete masculino, Giménez dice sentirse muy a
gusto: «No sé porque, pero me interesa más el baile que hacen los
hombres que el de las mujeres. No podría encontrar un motivo»,
matiza la artista. Giménez ha ejercido también como modelo, una
faceta en la que se encuentra a gusto. «Cuando bailas no ves al
público. Pero cuando posas te puedes fijar más en la gente, y esto
siempre es fantástico. Yo me metí en este mundo para dar a conocer
a más gente mi baile», dijo. La bailarina, Premio Nacional de
Danza, dijo que «en este ballet quiero reflejar la
interculturalidad en la que vivimos hoy en día. Es fácil encontrar
parejas de dos colores diferentes. Esta riqueza queda
reflejada».
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