Una parte de la apropiación del camino público, con la intención de construir un garaje.

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L. MOYÀ Las casas de campo están amenazadas por actuaciones irregulares. ARCA ha denunciado el caso de Son Sastre de ses Coves, una construcción de los siglos XVII y XVIII de Santa Eugènia, que ha sufrido aumentos de volumen irregulares, lo que supone una agresión arquitectónica «grave», según ARCA. También ha padecido diversos cambios indebidos en el interior de la possessió. La asociación ha enviado dos cartas para quejarse de esta situación, una emitida a Mateu Crespí, alcalde de Santa Eugènia, y otra al President de la Comissió del Patrimoni Històric del CIM.

Las irregularidades residen en «aumentos de volumen que, intentando imitar las casas mallorquinas, se han hecho de manera poco respetuosa», explicó Joan Pasqual, portavoz de ARCA. Además, se está construyendo un garaje con «parte de la pared pública». A estas dos circunstancias se le añaden la abertura de paredes y ventanas tapiadas en el interior de la posesión.

Son Sastre de Ses Coves es una casa protegida que aparece en dos libros: «Conèixer Santa Eugènia», de Gaspar Valero, y «L'Esglèsia de Santa Eugènia», de Sebastià Arrom. En el primero, se describe la posesión como una casa con «alzado de dos plantas y portal de arco redondo adovelado y enjuto, de piedra viva, con un brazo de una pieza de piedra». Se encuentra situada cerca de unas «cuevas empleadas en época prehistórica como lugares de enterramiento».

Las cartas remitidas al alcalde de Santa Eugènia y a la Comissió de Patrimoni Històric añaden que «también se observa la ausencia del cartel con los datos administrativos de la obra, lo que impide identificar la licencia». «Se están estropeando casas mallorquinas», lamentó Pasqual. «El ayuntamiento ha permitido estas actuaciones incorrectas», añadió. Por todo ello, ARCA reclama una «mayor vigilancia» para que, de esta manera, «el público pueda visitar el edificio». El principal problema: Son Sastre de ses Coves no es la única edificación que ha sufrido alteraciones. «Se trata de algo que pasa muy a menudo», dijo Pasqual.