Sólo hace tres años que Joan Cunill expone en público sus
esculturas, aunque su afición y vocación artística le viene de
lejos. Pero hasta su jubilación, cuando se sintió liberado de la
responsabilidad de ganarse la vida, no decidió meterse de lleno en
la creación. Desde entonces no para de dar forma en tres
dimensiones a sus criaturas de acero inoxidable, un material poco
frecuente en la escultura, pero que él considera «más sensible y
agradable al tacto que el hierro, más agresivo».
Esta es la segunda vez que participa en Art.Ibiza y en esta
ocasión lo hace con Art Gallery JC New York, donde hasta ayer
presentó 15 creaciones recientes, una de grandes dimensiones y las
demás de tamaño medio. «La última exposición que he hecho ha sido
de Artexpo, en Barcelona; así que todo lo que he traído a Eivissa
es obra nueva», explicó.
Sobre su impresión de este encuentro internacional con el arte
contemporáneo, Cunill no se mostró muy satisfecho con la respuesta
del público. «La impresión que tengo es que ha faltado interés por
parte del público. O que no se ha vendido bien el producto, que ha
faltado marketing. Se tenía que haber hecho más ruido, que la gente
se enterase de lo que pasaba», afirma. Las esculturas de Cunill
surgen de «la inspiración y son abstractas». «Es aquello de cuando
te dicen y ésto qué es, y yo le contesto: cómo te lo puedo decir si
tú no lo ves. Es que a veces yo mismo no lo sé». Su método de
trabajo parte de un boceto, que traslada a un dibujo a tamaño
natural. «De ahí hago la obra, que algunas veces cambio sobre la
marcha, porque no es lo mismo de planta que tridimensional».
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