Inca dirige la mirada hacia su pasado y rescata del olvido un
patrimonio, el de la iconografía religiosa, que es un gran
desconocido para la mayoría de la población. Mostrar la historia a
través de este arte religioso es el principal objetivo de una
ambiciosa exposición que abrió ayer sus puertas en Cas Metge Cifre
bajo el título «Els sants a l'art d'Inca». La muestra estarà
abierta hasta el próximo 15 de noviembre.
En cinco estancias del edificio se han colocado 92 piezas de
pintura, escultura, talla, cerámica y bordado, procedentes de las
cinco iglesias históricas de la ciudad. El nexo común entre ellas
es que representan los santos que han tenido una mayor devoción en
la ciudad a lo largo de la historia desde el siglo XV hasta la
actualidad.
Según explicó el comisario de la muestra, Pere Llabrés, las
obras se han repartido en diez capítulos. Los cuatro primeros
siguen el orden cronológico de la existencia o presencia de los
santos. Los restantes seis episodios se centran en los focos de
devoción de Inca.
En este recorrido destacan por su valor algunas piezas como un
frontal de altar de «guadamassil» (pintura sobre piel), que procede
del monasterio de Sant Bartomeu y que se considera como una pieza
única en Mallorca. También destaca la pintura «La degollació de
Sant Joan Baptista» atribuida a Bernabé de Ayala, un discípulo de
Zurbarán. El objeto más antiguo son unas tablas del siglo XV que
representan unos ángeles adoradores. Antes de la exposición, una
importante parte de las obras que se exponen han sido
restauradas.
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