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«Pretendemos acercar la pluralidad de la danza a los nuevos públicos». Éste es el objetivo que busca el Centre Coreogràfic de la Generalitat Valenciana según Inmaculada Gil, su directora. Anhelan mostrar el movimiento corporal en sus múltiples vertientes y convertirlo en próximo, cercano al espectador. Su espectáculo «Majol» resume sus intenciones. Esta noche se presenta en el Auditòrium Sa Màniga de Cala Millor.

Cuatro piezas con cuatro lenguajes diferentes, ya que «la danza tiene muchas formas de comunicación», dijo Gil. La primera obra, «What fish enjoy», con coreografía de Rami Levi, y la tercera, «Sol líquido», de Inma Rubio, son «abstractas y están basadas en exploraciones estéticas del movimiento», según Leonardo Santos, asesor artístico del centro. En ambas, «no hay un sentido narrativo».

Las otras dos, «Ainielle» y «Bruxes», de Yoshua Cienfuegos, sí «nacen de textos narrativos», comentó Cienfuegos. La primera se centra en la novela «La lluvia amarilla», de Julio Llamazares, y, la segunda, en «Macbeth», de Shakespeare. «Las utilizo como punto de referencia». «Ainielle» narra «la soledad del último habitante de un pueblo de los Pirineos» y, «Bruxes» «las consecuencias del destino», en palabras de Cienfuegos.

Ambas temáticas se cogen y se insieren en la coreografía, pero sin «un hilo dramático lineal». Para esta obra se ha escogido el lenguaje corporal de «la teatralidad», dijo. «Majol», que en hebreo significa danza y que está dedicado al coreógrafo israelí Rami Levi, es el segundo montaje del Centre. «Ofrecemos una formación profesional en un momento en que los jóvenes bailarines tienen pocas oportunidades», dijo Gil.