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El misterio se cierne sobre los restos de columnas romanas que, sin control arqueológico, se hallan en un inmueble de la calle Sant Roc. Juan Coll, propietario del mismo, reiteró ayer que los recogió de los escombros en la plaza situada entre el ábside de la Seu y el Palau del Bisbe.

Magdalena Riera, arqueóloga municipal, despejó ayer una duda sobre este asunto que, de momento, no está nada claro: «De la casa no proceden». Con esto se refiere a que no han salido de las obras de reforma que Coll hace en el citado inmueble porque en ellas no hubo excavación, como confirmaron anteayer el arqueólogo que las controla y el arquitecto Lluís Alemany. «Las zapatas que hemos hecho están en el aire, sobre el suelo del sótano de la casa, y no se ha bajado más», dijo Alemany.

La afirmación de Riera conduce el caso por otros derroteros. ¿Qué hacían dichos restos en la calle? ¿De qué obra proceden? ¿Por qué no se comunicó el hallazgo? Coll comenta que pensaba devolverlas cuando acabaran las obras del Pla Mirall. Según Riera, «si estaban donde este señor dice pueden proceder de cualquier obra porque allí se centralizaban todos los escombros de la zona». Coll comentó que nadie se había puesto en contacto con él oficialmente aunque hay en marcha una investigación.