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ANTONIPLANAS El Círculo de Bellas Artes de Madrid inaugurará el mes de diciembre del próximo año una exposición en la Sala Goya en la que se estudiará la relación entre la vida y la obra del escritor británico Robert Graves, que vivió en Mallorca durante casi 50 años. La exposición, que contará con el apoyo económico del Consell de Mallorca, el Govern balear, la Obra Social y Cultura de Sa Nostra y el Patronato Municipal de Cultura de Valladolid, está comisariada por Aurora Sotelo. En opinión de Sotelo, «la exposición pretende ser una manera de llamar la atención sobre la existencia de este poeta, porque lo que nos interesa en realidad es potenciar la vertiente de poeta, que es la más desconocida del escritor», dijo.

Tal como explicó ayer la comisaria, la muestra se dedicará a estudiar la relación entre la vida y la obra de este artista, ya que «Robert Graves vivió su vida de una manera poética, ya que siempre estuvo muy unida su vida con la obra literaria que compuso. Este es un aspecto muy importante de esta muestra, ya que fue muy coherente su visión de la vida y la forma de vivir la poesía. Este hecho hace que Mallorca esté muy presente en su obra, aunque, como pasa con otras muchas realidades, la isla tiene una gran influencia pero raramente sale mencionada».

El objetivo de esta exposición es mostrar su poesía, que es poco conocida en España y prácticamente imposible de encontrar hoy en castellano. En palabras de Aurora Sotelo, la muestra no está destinada a catedráticos ni a expertos, sino que pretende tener «un discurso sencillo e inteligible, que lo haba accesible al máximo público posible».

La muestra se inaugurará en Madrid y, posteriormente, realizará una itinerancia por diversas ciudades, entre ellas Valladolid. También está previsto que pueda verse en Mallorca. Robert Graves llegó a la Isla en 1929 acompañado de la escritora norteamericana Laura Riding. Allí instaló la imprenta «Seizin Press», con la que editó muchos de sus libros. Abandonó la Isla a raíz de la Guerra Civil y no volvió hasta 1946. Murió en Deià en 1985. Su hijo Tomàs ha continuado su labor como impresor.