El recinto de ses Voltes fue un año más el escenario de la
representación de la «Adoració dels tres Reis d'Orient», de Llorenç
Moyà, que organiza desde hace 16 años Taula Rodona.
Pocas veces ocurre, pero en esta ocasión todos los elementos se
conjugaron para que la representación fuera un éxito. Y así fue.
Hubo un clima idóneo, un sol radiante, unos actores que habían
trabajado y se sabían el papel, buenas dosis de humor... Y el
montaje fue uno de los mejores que se recuerdan en los últimos
años. Pero, curiosamente, lo que falló fue el público. El público,
que en los últimos años había llenado a rebosar ses Voltes, no
respondió en esta ocasión, aunque el aspecto fue mejorando a medida
que pasaba el tiempo. Sólo un ejemplo para ilustrar esta situación:
hubo sillas libres durante todo la representación.
El humor en este montaje lo aportan en buenas dosis las
improvisaciones de los actores sobre temas de actualidad. Y la vida
política se llevó la palma, como si no hubiera otros temas para
comentar. Se esperaban «morcillas» sobre el euro y sólo el Rei
Gaspar (Francesc Mellado) hizo referencia a él de pasada. El Pacte
de Progés, la política municipal, Maria Antònia Munar y el ministro
Jaume Matas fueron los protagonistas de estas bromas.
El Rei Melcion (Francesc Buils) se refirió a las obras de Palma,
que nunca se acaban, y a las famosas farolas de José María
Rodríguez. Gaspar aseguró: «Hay cosas que no se explican, como que
Matas sea ministro». Uno de los momentos en que hubo más aplausos
fue cuando Herodes (Antonio Bonet Sancler), dirigiéndose a los
Reyes, dijo: «No podéis edificar, recordad el decreto de Maria
Antònia Munar».
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