Cosas en común y otras completamente diferentes. Salvador Espriu y
Bartomeu Rosselló-Pòrcel son dos figuras relevantes dentro de la
literatura catalana que se conocieron mientras eran estudiantes en
Barcelona. Entablaron una amistad que perduró hasta que la muerte
del mallorquín lo trastocó todo. Aún así, Espriu recordó la figura
de su compañero el resto de su vida. La exposición «Dos amics de 20
anys», inaugurada ayer en el Espai Ramon Llull, recorre la unión de
los dos personajes y su trayectoria vital.
«La muestra ayudará a incrementar el grado de conocimiento de
Rosselló-Pòrcel», aseguró Damià Pons, conseller de Cultura del
Govern. El hecho de morir a los 24 años propició que la obra del
mallorquín fuera menor que la de Espriu. «Potencialmente, Pòrcel
fue el escritor con más capacidad de genio de la literatura
catalana en las Balears», dijo Pons.
La exposición empieza en el año de nacimiento de ambos, 1913, y
continúa por la vida y obra de los dos mediante fotografías,
manuscritos, documentos, publicaciones, poemas y textos. En lo que
se refiere a las cartas, «Rosselló-Pòrcel produjo mucha
documentación dirigida a Espriu mientras que éste no», explicó
Xavier Abraham, comisario de la muestra. El escritor catalán se
centró más en «dedicarle libros» y en recordar a su amigo mediante
actos como «el discurso pronunciado al ingresar en la Reial
Acadèmia dedicado a Rosselló-Pòrcel», dijo Abraham. Habían pasado
46 años de la muerte de su amigo.
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