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Camilo José Cela Conde, único hijo del Nobel de Literatura, ha declarado que peleará «hasta donde haga falta» por defender los derechos de su hija en la herencia del autor de «La familia de Pascual Duarte». Cinco días después del fallecimiento del escritor gallego, su hijo confiesa, en dos entrevistas con «El País» y «La Razón», que pretendieron impedir su presencia en el funeral que se celebró en Iria Flavia antes del entierro de su padre. «Mi nombre no estaba en las etiquetas de los asientos reservados a la familia. La encargada de protocolo me dijo que se le había ordenado que me echase, porque no tenía derecho a estar allí». Camilo José Cela Conde, catedrático de la UIB, explica que su mujer le impulsó a quedarse en el primer banco, el reservado a la familia.

«Nos apretamos. Hay que ver la cantidad de gente que le ha salido en la familia a mi padre en los últimos años. Basta con ver la esquela en la que se anuncia su muerte y el funeral de Madrid. Es raro que no cupiesen mi nombre ni el de mi hija», dice en «El País». El único hijo de Cela añade que quiso llevar a hombros el ataúd de su padre pese a que escuchó una voz llena de rabia diciendo: «Esto estaba organizado de una forma distinta».

También explica en las entrevistas que la última vez que abrazó a su padre fue en 1989 en Estocolmo, cuando recibió el Nobel. Un abrazo en el que sintió que su padre «se había montado una nueva vida en la que yo sobraba». Después de los 70 años, Camilo José Cela, según su hijo, cambió «de forma de vestir, de forma de comportarse... de amigos, de gustos» y confiesa que le dolía «muchísimo, ver cómo se pretendía convertirle en un pelele para consumo de la prensa del corazón».

Ahora, cuenta, se ve en una encrucijada: «o bien peleo por defender lo que yo creo que fue mi padre o lo dejo en manos de otros, probablemente con una idea muy diferente de lo que Camilo José Cela y su obra literaria son. Por respeto a él y a mi hija (la única nieta del escritor) bajaré a la arena y lidiaré». El hijo de Cela asegura que «en estos días, como tantísimas otras veces antes, intenté llevarle a su nieta» porque ésta, su hija Camila Cela Marty, deseaba conocer a su abuelo, «y, como otras tantas veces antes, se me negó».

Cela explica que a su madre «hace años que no le pasan» la pensión económica que se estableció en los acuerdos económicos tras el divorcio. «Le llega sólo una mínima parte de lo que le deben». Tras confesar que nunca ha tenido «una relación ni pequeña ni grande» con Marina Castaño, dice que aprendió del Cela «que fue mi padre» a despreciar el dinero.