Las entradas para los conciertos se agotaron horas después de
ponerse a la venta. Y es que todo lo que hace se convierte en un
éxito. Lleva vendidas más de 500.000 copias de su último disco y
del primero en solitario, «Arena en los bolsillos», vendió 800.000.
Manolo García está en la cima de su carrera discográfica. Ahora
llega a Palma para dar tres conciertos semiacústicos. «En 1998, con
la gira de 'Arena en los bolsillos' hicimos una prueba para ver
cómo funcionaba. Ahora hemos decidido tomarlo más en serio. ¿Por
qué semiacústico? Porque acústico era muy difícil y hubiera quedado
muy cumbayá. En un principio era una guitarra y yo solos.
Finalmente decidimos montar una pequeña banda», explica.
Manolo García asegura que el concierto será «relajado, con un
ambiente muy diferente al de una plaza de toros, donde soy más
atleta que cantante. Aquí el atleta da paso al cantante y nos
centramos más en la música». No cree que haya ningún secreto para
su éxito. Y si existe uno es la ilusión en el trabajo. «Pese a los
años que llevo en esto, aún disfruto cuando subo a un escenario. La
ilusión es importantístima. Si la perdiera, lo dejaría. Esta
ilusión se trasmite al público y creo aquí radica el gran secreto»,
aclara. Pese a que el concierto tendrá como base los temas de sus
dos dos discos anteriores, también habrá «tres o cuatro canciones
de El Último de la Fila, nuevas versiones o temas a los que hemos
dado la vuelta», explica, a la vez que anuncia «alguna que otra
sorpresa».
Manolo García no pudo sustraerse a opinar de este fenómeno
mediático y musical que es «Operación triunfo». «Es difícil opinar.
Yo en mis inicios también fui un músico que hacía versiones, de
estos que en inglés llaman cover, y me sirvió mucho en mi carrera.
Hay que destacar la ilusión que ponen los chicos, que tienen muy
buena voz. Ellos son respetables. Al fenómeno no me interesa, pero
no lo entiendo y me sorprende mucho todo este montaje», afirmó. Y
añadió: «Se debería dar más importancia a la creación». Manolo
García no cree que «Operación triunfo sea una competencia para los
músicos como él, pese a que seis de los diez discos más vendidos
estas Navidades eran de este programa. «No lo veo como una
competencia desleal. Vivimos en un mundo en el que el mercado es
libre y se ha de ha de aceptar».
Con quien si se mostró muy crítico fue con el entramado social
que ha despertado este fenómeno. «Nuestra sociedad es injusta.
Moral y éticamente está enferma y artísticamente en total
decadencia. En esta vida cada día está todo más al servicio de
dinero, que es la auténtica meta». El ex miembro de El Último de la
Fila aseguró que las canciones de «Operación triunfo» no le
interesan porque «la imitación no me aporta nada, me gusta que una
canción, aunque sea una versión, suene nueva, diferente». Sobre el
mundo actual de la música destacó a La Oreja de Van Gogh «una banda
que, haciendo pop, han conseguido un sonido propio, una cosa
difícil y que a mi ya me vale». Pese a ello, explicó que sus
músicos preferidos son Sabina, Calamaro, Antonio Vega o Triana.
También bandas de los años 70, como Free o Bad Company.
Descanso y mucha pintura tras la gira
Manolo García acabará la gira la próxima Semana Santa. Habrán sido
unos 120 conciertos por toda la geografía española. Al ser
preguntado sobre sus planes al acabar la gira declaró que se
dedicara a «pintar y descansar, esperando a que San Pedro me envíe
alguna canción. Cuando tenga once o doce canciones volveré a
grabarlas y tendremos un nuevo disco». Precisamente es la pintura
la gran afición de García -«las otras son inconfesables y
pecaminosas», dijo-. De hecho, la escenografía ha sido diseñada por
él, una escenografía que saldrá a subasta a beneficio de los niños
afganos exiliados. Pese a ello, no piensa en una futura gran
exposición.
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