Amador posa en su estudio de Pollença junto a alguna de sus obras. Foto: MARK SEELEN.

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Fue uno de los artistas balears con mayor presencia en Arco, "su obra se pudo ver en cuatro galerías y fue adquirida por coleccionistas privados e instituciones". Tras la resaca de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, sus piezas vuelven a salir de Mallorca. El próximo mes expondrá en la galería madrileña Max Estrella y, a continuación, en otras tres galerías europeas, Löhrl (Monchengladbach); Angelija Hartan (Sttugart) y Michael Schultz (Berlín). A lo largo de 2002 también presentará su trabajo en las ferias de Bruselas, Frankfurt, Chicago y Basel. Serán pantallas de gran formato a base de fotografía y resina de poliéster, además de sus «Germinacions», esculturas de poliuretano para las que trabaja directamente en la tierra.

"¿Qué tiene que decir de Arco 02, todo un éxito para usted?
"Tal vez que ha surgido un nuevo tipo de coleccionista, se ha vendido arte joven, emergente, mucha foto; la feria avanza en una dirección en la que le cuesta a otras ferias. Por ejemplo, Basilea vende a grandes firmas, pero lo que sucede en Arco es curioso, nace un coleccionista joven y el artista que se vende es joven.

"Este año también se ha visto mucha fotografía, un soporte que usted trabaja desde hace años.
"Hay un coleccionismo de soportes como las nuevas tecnologías y la foto; se impone la fotografía, pero no sólo como tal, sino como herramienta que al artista le da el tiempo en que vive porque evoluciona de una forma paralela a la de la sociedad.

"Sobre la fotografía se ha dicho mucho estos días de feria como que, en parte, en este soporte se da una falta de reflexión.
"Existe el aspecto engañoso de apuntarse a la moda, pero lo que es así caerá por su propio peso; es importante que tengas algo que decir, lo expresas y utilizas los mecanismos que te da el momento en que vives. Hacer una foto por hacerla no tiene sentido. Hay fotos para detener un instante y otras para dejar constancia de lo que se hace, como las instalaciones, porque se está imponiendo el arte efímero de la acción, una manera de entender o exponer ese trabajo.

"Buenas críticas, buenas ventas, mucho interés por su obra. ¿Está en su mejor momento?
"Yo siempre digo que estoy en mi momento, y si esto encaja...lo importante es no tener estrategias, hacer lo que sientes, lo que vives.

"Escultura, instalación, fotografía, obra gráfica, ¿artista de procesos, supongo?
"Todo es un proceso. Si analiza obras mías del año setenta y ocho encontrará casi las mismas situaciones que aparecen en la serie «L'Home i la ciutat», o también en «Mercats», las mismas sombras.

"El individuo, que incluso a veces aparece sólo como una presencia esquemática, protagoniza su obra. En Arco llamó la atención el carnicero tunecino que exponía en la Maior.

"El mercado es un bullicio, pero cada persona está en su historia, vende su producto. Tú miras su producto y él te mira a tí. En el mercado se ve a la gente en su medio natural, es una gente que ha elaborado un producto. Por eso me interesa, porque en el fondo soy un observador y todo esto se refiere a la idea de emerger, de algo que asoma detrás de otro algo. Blai Bonet me decía que yo sentía la ambición de poseer un instante en la vida, y no lo pretendo, pero me doy cuenta de que es lo que está sucediendo.

El artista, un veterano en la feria de Arco, y uno de los primeros creadores baleares que en la feria madrileña exponían con galerías europeas además de las mallorquinas, finaliza: «Yo hago mi trabajo desde hace 20 años». En él se cumple eso de que desde pequeñito quiso ser artista.