La actuación de los Sunflowers junto a The New Royal Bubbles
Chamber Orquestra, este pasado viernes, en Artà, se asemejó a una
bella historia de amor en la que la Señora Clásica se enamoró del
señor Pop. Desde los primeros acordes de «Love?», aún con el telón
bajado, la ensoñación más colorista se apoderó de los 450
espectadores que abarrotaban el coqueto y acústicamente perfecto
Teatre d'Artà. El sentimiento de unicidad memorable del concierto
fue excitado por la extraordinaria labor de un iluminador, Luis
López, que demostró ser un gran conocedor de su trabajo. Sus focos
tamizaron el ambiente con colores que reverberaban de magia, de
fantasía y de luminosa estética.
La interioridad de la música de los Sunflowers desplegó toda su
belleza y sus sentimientos concentrados cuando pasaba por la lupa
de los arreglos clásicos que habían realizado junto a los hermanos
Aguiló, responsables de la deliciosa orquesta de cámara. «Blue
Book», «Eleven», «Vamp», «Happy Birthday» se fueron sucediendo
elevados por la orquesta a cielos ignotos sin que el encanto se
rompiera.
Mientras los técnicos encargados de grabar el concierto, Toni
Noguera y Toni Cuenca, se afanaban en atrapar cada nota. A su vez,
el cinematográfico Luis Ortas lo filmaba todo para que, en un
futuro, la retina volviese a regocijarse con el espectáculo total
que estaba teniendo lugar. Cuando llegó el momento de «Fly Away»,
primera de las tres canciones que los Sunflowers interpretaron
«solitos» sobre el escenario, el ambiente ya era totalmente
subjetivo, con cada espectador recreando su propio en sus cabeza.
El concierto concluyó con parte del público puesto en pie como
reconocimiento a una velada inolvidable.
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