Los niños, antes de empezar la visita. Foto: LAURA MOYÀ

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«¿Dónde está Uh?», pregunta la profesora. «Tenemos que buscarlo». Los niños, expectantes, miran a su alrededor y contemplan la escena. Retablos, estatuas, otros tiempos. Sentados en el suelo, los pequeños, de entre 3 y 5 años, se muestran inquietos por encontrar al pequeño fantasma que, en teoría, recorre el Museu de Mallorca. De paso, ojean la historia que les envuelve. La intención del Gabinete Didáctico de la institución es que miren y aprendan. Desde hace un año ofrece la posibilidad de visitar el museo a los escolares, desde los más jóvenes hasta los universitarios.

«Hoy iremos de cacería», explica la maestra. El objetivo: buscar animales en los cuadros. Conejos, cabras, palomas y, por último, Sant Jordi y el dragón. «La finalidad del gabinete se centra en dar a conocer la existencia del Museu de Mallorca al público en general y a los más pequeños, sobre todo de cara al futuro», afirmó Margalida Bernat, responsable del mismo. El procedimiento sigue el mismo sistema. Los centros que participan en el recorrido reciben antes de la visita unos cuadernos informativos para los profesores, los encargados del trayecto. El material didáctico se adecúa a la edad de los alumnos y tratan diversos temas.

Los jóvenes siguen sin encontrar a Uh pero han hallado una oveja en una tabla del Maestro del Obispo Galiana pintada a finales del siglo XIV. «Las funciones del gabinete son generar informaciones y materiales adecuados a cada segmento educativo», aseguró Bernat. El cuaderno que tienen los niños, llamado «Anem de cacera al Museu», utiliza dibujos y adivinanzas para que los pequeños se interrelacionen con el entorno. También se les pide que pinten a los animales y que coloreen a Sant Jordi. La profesora se encarga de contar la historia del santo y la princesa. «Érase una vez, un dragón que se comía a las mujeres y que tiraba fuego por la nariz».