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Diez años publicando en revistas y antologías, dispersando la obra y la temática. Diez años hablando de «palabras, ciencia, poesía». Tras este tiempo, Martí Santandreu presenta «La crossa de Long John», editado por El Tall, un libro que recoge sus mejores versos. «Es difícil hablar de una coherencia, la obra plasma mi evolución tanto formal como temática», dijo Santandreu. El título de su primer poemario bebe «del paso del tiempo». «Long John es un pirata que simboliza el tiempo, algo que me obsesiona, y la muleta lo que hace posible que vaya dando saltos». Los recuerdos, la memoria, la música, todo se mezcla, incluso la física.

«Llega un momento en que la ciencia no puede responder a unas preguntas que deben encontrarse en la poesía», aseguró Santandreu. Por ello, la física le inspira. «Se trata de mundos opuestos». Respecto al tiempo, el autor distingue entre dos distancias. Una, la temporal, algo que entristece a Santandreu, y otra la espacial, algo que le divierte. Ambas tienen un rasgo en común: «Cierta melancolía». La mordacidad también hace acto de presencia en los poemas. «A veces miro a las personas y a la ciudad con cierta ironía para desdramatizar los problemas». Ese intento de minimizar los aspectos negativos se debe a una sola razón: «Soy así».