Esta foto de Jimi Hendrix alcanzó los 60 euros. Foto: Y.Á.

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La clásica subasta de objetos para mitómanos, la buena música en vivo y de nuevo la gran afluencia de público marcaron el cierre de la tercera Fira del Disc de Mallorca, ayer domingo. El evento dejó a todos, asistentes, expositores y organizadores, con un excelente sabor de boca.

Quizás lo único decepcionante fuese el desarrollo de una subasta poco concurrida y sin emoción. A pesar del interés que hubiesen podido despertar objetos tan curiosos y cargados de mitomanía como la entrada del concierto de Elvis Presley, que nunca llegó a celebrarse por la muerte del artista, y que ayer fue vendida en 160 euros; o de un ejemplar firmado por Bruce Springsteen de la edición americana original de «Born in the USA», que alcanzó los 155 euros, la puja pasó sin pena ni gloria. Apenas hubo «piquillas» entre coleccionistas que dieran algo de emoción a pesar de unos precios muy acordes con el mercado.

Joan Carles Vilella, quien junto a Pere Terrassa ha sido el principal responsable de la Fira, declaró que «en esta edición se ha vuelto a superar el número de asistentes. Por ejemplo, sólo en la jornada del sábado, pasaron por el Recinte de Fires i Congressos más de 7.000 personas. Un éxito cuando pensamos que el año pasado, la suma total de visitantes alcanzó los 10.000 asistentes. Calculamos que entre los dos días de esta edición de la Fira se ha superado la cifra de 13.000 visitantes». Joan Carles Vilella incidió en «el considerable aumento de las ventas, que rondó el 25 por ciento, y causó satisfacción de los expositores presentes».

Este punto fue refrendado por Sebastián Rosselló, de la discográfica Primeros Pasitos, y Carles Grimalt, de Sirena Records, que quisieron dejar claro «la buena salud de la Fira y el buen sonido de los grupos participantes».

Los conciertos del domingo que tuvieron lugar en el escenario del interior del recinto corrieron a cargo de los noruegos The Yum Yums, potente grupo de power-pop; Freeheat, la nueva banda de Jim Reid, el otrora integrante de la mítica Jesus & Mary Chain; y los Backyard Babies, que exhibieron lo más granado del repertorio glam-rock que había encantado a los mismísimos AC/DC.