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Antoni Pons, propietario de la editorial Di7, confirmó su dimisión como miembro de la junta directiva del Gremi d'Editors «por cómo se ha llevado el asunto de las editoriales que hace dos años solicitaron asociarse». En la asamblea de anteayer se negó el acceso a Calima y «por motivos de forma» no se analizó lo referente a El Far y otras dos.

«Avergonzado» fue la palabra con que Pons describió el sentimiento que le produjo la actuación de sus compañeros, dando largas a los nuevos editores y sólo se hicieron cargo de su petición cuando la prensa aireó su denuncia. «No me gustaría que me hicieran eso», dijo Pons. Se refiere a que en las reuniones de la junta directiva, abundantes en dos años, no se discutió la incorporación, como tampoco en asamblea, que es donde se ratifican las decisiones tomadas en la junta. «El año pasado, contraviniendo los estatutos, no hubo asamblea».

Anteayer se votaron unos nuevos estatutos para el Gremi, y se pretendía elevar a 30 el número de títulos en catálogo para entrar en el Gremi lo que, finalmente, quedó en 15. Francesc Moll, presidente del Gremi, estuvo ilocalizable ayer para dar su versión. Para los responsables de Calima y El Far «este blindaje» de la patronal responde a «cómo se reparte el dinero del CIM y el Govern», balón de oxígeno de la edición balear, deficitaria, y «el miedo a nueva gente que aportaría ideas».

Esta semana se abordarán las cuentas negativas del Espai Mallorca de Barcelona, gestionado por el Gremi, subvencionado por el CIM, con una tienda en la que se venden productos culturales, gastronómicos y artesanos, y se hacen actividades. Para Pons, «las cuentas deben salir». Este empresario opina que la gestión del mismo debe ser llevada por alguien que conozca los números y no sólo la cultura. La consellera Maria Antònia Vadell dijo que se reunirá con los editores para analizar la marcha del Espai y encontrar una solución «porque como institución nos interesa tener una ventana para promoción de la cultura mallorquina». Cataluña es, según Pons, un mercado imprescindible para que le edición balear resulte rentable.