La artista, junto a una de las obras que llevará a Polonia. Foto: T.O.

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TOMEU OBRADOR La artista austríaca Eva Choung-Fux (Viena, 1935) trabaja en una nueva serie de obras inspiradas en las figuras de dos poetas de la comarca de Llevant, ya fallecidos, Blai Bonet y Damià Huguet. De trayectoria internacional, desde hace muchos años vive y crea en su estudio-taller de Can Noyo, en Campos. Esta obra enraizada en la cultura mallorquina la presentará los próximos meses en el Museo del Arte Contemporáneo de Lodz (Polonia). Choung-Fux llevará a la exposición unas 150 piezas de distintas etapas, obra gráfica y óleos, pinturas abstractas que define como «estratificaciones de sus textos», comentó refiriéndose a ambos escritores.

De Blai Bonet, además de su trabajo literario alabó la calidad de su persona, ya que se conocieron. «Disfruté de un año de amistad fabulosa. Lo visité muchas veces y conservo grandísimos recuerdos. Tenía una personalidad especial y su obra es valiosísimo». A Damià Huguet «no llegué a conocerlo, pero desde hace un tiempo me acerco a su literatura y a su personalidad». No es la primera vez que esta pintora, que demuestra buenos conocimientos de lengua catalana, se acerca a la literatura local. Ya participó en la exposición «Tres artistas rinden homenaje a Blai Bonet» que tuvo lugar hace unos años en la Galería Matissos de la Colònia de Sant Jordi.

La estima de Eva Choung-Fux por Campos es bien conocida. Recientemente se presentaron el nuevo «cancell» y los vitrales de la puerta de entrada de la iglesia de Sant Blai (del siglo XIV). La artista austríaca fue la creadora del diseño de los mismos, que después ejecutó el maestro vidriero manacorí Miquel Peñaranda. Junto a Miquel Campos (diseñador de la madera), Andreu Ollers (maestro carpintero), y Miquel Ballester (maestro herrero) formaron un equipo de trabajo que junto con la agrupación Amigos de Santo Blai y la parroquia hicieron realidad un proyecto esperanzador. «He representado los espacios de la tierra, los tres entrelazados árboles de la vida que nos conducirán la Trinidad, el campo verde, la sequía de verano, la mar inmensa, el horizonte, el firmamento con el sol, la luna, las estrellas y la Sagrada Trinitat. En la claraboya, la emblemática paloma de tres alas, en espiral, que podemos admirar, será la misma paloma hecha existencia real dentro de poco tiempo». Así explicó el significado de sus diseños.

El vitral consta de unos 1.430 cristales, traídos expresamente de América, Alemania, Francia, Bélgica e Inglaterra. Azul, verde, naranja, rojo, marrón, amarillo, y blanco son los colores más representados. Pero tiene que tenerse en cuenta que del azul, por ejemplo, derivó hasta 15 tonalidades diferentes. Eva ha hecho este trabajo de forma gratuita. «Lo dedico al pueblo y a su gente», afirmó. Con esta obra, el interior del oratorio ha ganado espiritualidad, atesorando ahora una atmósfera sagrada muy expresiva. De estilo figurativo, el proyecto, que debió conseguir la aprobación de todos los implicados, entre ellos el rector de Campos, Gabriel Reus, ocupó su mente durante tres años. Pero, una vez acabado, ha valido la pena, asegura. Su deseo sería poder hacer, más adelante, las puertas laterales.