También muchos de los presentes recordaron aquellos años dorados
en Mallorca donde todos los grupos más conocidos de la península
venían a las verbenas de Felanitx o Son Servera, entre otras, para
disfrutar de las inolvidables galas de entonces. Y qué decir de las
conversaciones sobre las batallitas discotequeras y de salas de
fiestas, consideradas entonces como el centro europeo de marcha
nocturna, donde los dundees mallorquines según ellos,
evidentemente, eran los reyes del mambo y no había ninguna sueca o
inglesa que no cayese en brazos de éstos.
Los primeros en subir al escenario fueron Los Beta. «Hace
cuarenta años que no tocamos juntos, pero hemos ensayado dos días»,
avisó al público, en broma, el vocalista del grupo, Miguel Moreno.
El buen humor y las constantes bromas entre los integrantes del
grupo reinaron durante toda la actuación de Los Beta. Tocaron temas
tan conocidos como «Juanita Banana» o «Get Back» de Los Beatles. No
defraudaron en absoluto y fueron despedidos con una gran
ovación.
Más tarde, Los Javaloyas hicieron su aparición, y su elegancia y
profesionalidad de siempre quedó patente. El mítico grupo
mallorquín comenzó su recital con «Paraiso del amor», canción que
todo el público recordó y rememoró, cantando y dando palmas.
También tocaron canciones que en su día sonaban en el conocido
festival internacional de Titos, que todo el mundo también recordó
como son, «Margarita» y «Vuelo 502». Finalmente, Los Javaloyas se
despidieron del público entregado con «Mallorca Bella» y
agradecieron a todos los asistentes su presencia, «quisiendo
reemplazarles para otra ocasión y volver a recordar esos tiempos
con eventos como este».
Por último, el Grupo 15 dio la guinda al «Festival Mallorca Anys
Daurats», con su excelente repertorio, compuesto por un sin fin de
versiones de las canciones de Los Beatles, como «Something» o
«Eight days a week»; las canciones del verano de la época, como «La
La La», «Un rayo de sol» o «Triana»; y un pupurri de las canciones
de Los Brincos. Los incansables Grupo 15 dejaron un muy buen sabor
de boca y a pesar de su largo repertorio de canciones todavía
querían seguir tocando pero, como señaló el guitarrista del grupo,
Carlos Gil, «en el hospital general no pueden dormir y vendrá la
guardia civil». Asimismo, quiso agradecer la presencia del público,
«más de la que esperaban» y dijo que «el año que viene volverían si
Dios quiere».
El público mallorquín abandonó el patio de la Misericòrdia muy
satisfecho con el concierto, que tuvo una duración de casi tres
horas y que según María Bauzá, una palmesana de 48 años y amante de
la música de los sesenta, «acontecimientos como éstos deberían
hacerse más a menudo porque nos encanta recordar esos tiempos».
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