Margarita Orfila trabajando con los alumnos de arqueología que han asistido al curso. Foto: T.LLABRÉS.

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TOLO LLABRÉS/MARIANA DÍAZ Arqueólogos y geólogos han trabajado durante el último mes en la ciudad romana de Pollentia donde la campaña de excavación de verano acaba de finalizar. Los segundos han aplicado distintas técnicas en busca de la dirección y tamaño de las murallas que rodeaban la ciudad. El catedrático barcelonés Albert Casas ha colaborado con el equipo de Margarita Orfila, directora de la excavación y del proyecto que tiene un fin muy claro: «Quiero saber lo ancha y larga que era esta ciudad, de qué vivía, encontrar su puerto; en definitiva, conocer la ciudad romana de Pollentia», apunta esta menorquina, catedrática en la Universidad de Granada.

Orfila está segura de que pronto aparecerá el puerto de Pollentia «porque ésta era una ciudad portuaria», asegura. Para ello cuenta con el apoyo de las prospecciones geofísicas. ¿Cuándo y cómo sabrá que andan sobre la buena pista del puerto? «Por ejemplo, con las técnicas de los geólogos podremos saber si en una determinada zona aparecen limos», comenta.

Pollentia, en los años cincuenta, fue un lugar pionero en la aplicación de métodos geofísicos en busca de restos arqueólogos. Este año se ha retomado esta vertiente de investigación mediante la que, además, se ha sabido que el Foro era más ancho y no perfectamente geométrico, «algo que yo intuía», añade la directora. «Trabajamos desde un plano histórico, no sólo excavamos, y vamos corroborando hipótesis». Ésa es la metodología.

Los estudios de este año se han centrado en el mejor conocimiento del trazado urbanístico de Pollentia, reafirmándose la hipótesis de que la ciudad estaba prediseñada de antemano en base a una aplicación de la geometría al terreno. Estas fórmulas, que se basan en la teoría pitagórica de los triángulos, fueron descubiertas el pasado invierno por las investigaciones conjuntas de Orfila y el arquitecto Luis Moranta. Posteriormente se aplicaron en otras ciudades romanas como Pompeya con resultados muy positivos que las confirmaron.

La clausura del curso de arqueología de Pollentia reunió en la Biblioteca Can Torró de Alcúdia a catedráticos, historiadores, políticos y a los alumnos y colaboradores que han pasado un mes en las ruinas de la ciudad romana. A ellos les pidió Miquel Ferrer, presidente del Consorcio de Pollentia, que hicieran una «misión evangelizadora de lo que es Pollentia porque sólo a través de esta concienciación conseguiremos rehacer la capital romana de Mallorca».