Las cenizas del escultor donostiarra Eduardo Chillida, fallecido el
pasado lunes a los 78 años de edad, descansan desde ayer bajo un
magnolio y junto a una cruz de acero creada por él, tal y como era
su voluntad, en la parte privada del museo Chillida-Leku, situado
en el caserío de Zabalaga de Hernani, Guipúzcoa. El acto se realizó
en la más estricta intimidad, con la presencia de familiares y
amigos. Los funerales se oficiarán hoy a las 19.30 horas en la
parroquia de Santa María de San Sebastián. Luis Chillida, hijo del
escultor, expresó ayer la tristeza de la familia por el
fallecimiento del artista, pero señaló que «siempre estará presente
con su trabajo».
Tras la celebración de un acto íntimo en el crematorio municipal
Zorroaga de San Sebastián, Luis Chillida explicó que los familiares
sienten «la pena de que nos ha dejado definitivamente» y que todos
están «dolidos» pero, a la vez, dada su enfermedad, que estos
últimos meses se agravó mucho, sienten que «estará ahora mejor
donde esté». El hijo del artista señaló que, por un lado, está
«nuestro padre y la persona de Eduardo Chillida» y, por otro, el
«Eduardo Chillida artista, que ha dejado una obra que es la que
perdurará y quedará entre nosotros y será un recuerdo para
siempre». También indicó que «la familia se siente muy arropada por
el gran número de personas y autoridades que les han expresado sus
condolencias y sentimientos», al tiempo que agradeció su apoyo a
todas las instituciones y amigos del artista fallecido.
En este sentido, dijo que su padre «se ha ido pero por lo menos
nos ha dejado un buen recuerdo a todos». «La vida sigue», señaló
para añadir que el escultor «siempre fue una persona muy creyente,
y, como siempre ha tratado de hacer el bien a todo el mundo, estará
en el cielo viéndonos desde arriba». «Creo que estará disfrutando
en este momento», agregó. Las cenizas de Chillida fueron enterradas
ayer bajo un magnolio tras contar con el visto bueno de la iglesia,
porque «es el sitio que le gustaba a él para descansar». Durante el
funeral la soprano Almudena Ortega cantará la obra «Lied» de Bach
durante el ofertorio de la misa. En la comunión, el violonchelista
Iagoba Fanlo interpretará el «Preludio» de Bach y el Orfeón
Donostiarra el «Salmo 43» de Mendelsohnn. La despedida también
correrá a cargo del Orfeón, con el «Agur Jauna».
Numerosas autoridades y allegados al escultor se acercaron ayer
al domicilio de Chillida, ubicado en el Monte Igueldo, para dar el
pésame a la familia. El director del Instituto Valenciano de Arte
Moderno (IVAM), Kosme de Barañano, aseguró que con la muerte de
Chillida desaparece «una de las voces más profundas de la escultura
del siglo XX» junto con Costantin Brancusi, Alexander Calder,
Picasso o Ernesto Giacometti, todos ellos, señaló, «pilares
fundamentales de la escultura del siglo XX, de las nuevas formas de
enfocar la figura, la representación y la abstracción».
El arquitecto Luis Peña Ganchegui dijo sentir «como un vacío»
tras la muerte de Eduardo Chillida, al que definió en el plano
artístico como «un hombre de vanguardia, muy radical como todo
vanguardista». La viuda del poeta Gabriel Celaya, Amparo Gastón,
manifestaba entre sollozos que la familia del escultor «está
derrumbada» al igual que ella misma. «Yo quería a Chillida como un
hermano», dijo Gastón, que con la pérdida de Chillida ha sufrido
«un golpe muy gordo». El presidente del Gobierno, José María Aznar,
transmitía a la viuda de Chillida su pésame. También Pilar del
Castillo, ministra de Educación, Cultura y Deporte afirmaba que es
«incuestionable» que el escultor era «uno de los grandes creadores
del arte contemporáneo del siglo XX».
El grupo municipal socialista de Madrid propondrá en la próxima
Comisión Informativa de Cultura que alguno de los centros
culturales de la capital lleve el nombre del escultor. El
Ayuntamiento de San Sebastián, por su parte, decidió poner en el
hall del consistorio a disposición de los ciudadanos un libro para
expresar el pésame a su familia. Desde la institución municipal se
estudian otras iniciativas en recuerdo del gran escultor
donostiarra, como la dedicación de una calle en la ciudad o la
convocatoria de un premio bienal de escultura. La bandera de San
Sebastián ondea a media asta y así lo hará durante los próximos dos
días de luto.
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