El auditorio del Conservatori acogió ayer por la noche el inicio de
los actos que conmemoran el centenario del nacimiento de Francesc
de Borja Moll con un evento en el que estuvieron presentes todas
las instituciones isleñas y la familia del lingüista. Los ocho
hijos del filólogo se unieron, junto a alguno de sus 17 nietos, al
homenaje en el que la figura de Moll se mostró como un ejemplo a
seguir en el futuro gracias a su defensa de la lengua.
«El catalán del siglo XXI necesita afrontar los nuevos retos»,
comentó Damià Pons, presidente del Comité Organizados del Any Moll
y conseller de Cultura del Govern. Pons destacó durante su discurso
el trabajo realizado por el lingüista a lo largo de dos dictaduras,
«una época en la que se buscaba la desaparición del catalán». Por
ello, «la figura de Moll debe servir para crear un futuro digno a
nuestra lengua», sobre todo «en una tierra de acogida» como es
Mallorca, e «integrar su uso» en los nuevos residentes.
«Todo el mundo debe participar del catalán, que tiene que
convertirse en una lengua de convivencia», aseguró Francesc Antich,
presidente del Comité de Honor del Any Moll y presidente del Govern
balear. Antich habló sobre la necesidad de mantener «la identidad»
y situó a Moll como una «pieza clave dentro de la recuperación de
nuestras señas de identidad». «Todos somos herederos de Moll». La
lengua debe «llegar a normalizarse en todos los ámbitos» desde el
«diálogo y el consenso». La mejor manera: «Siguiendo la figura de
Moll».
Josep A. Grimalt, catedrático de la UIB, ofreció una conferencia
en la que, a través de los signos del zodiaco, desgranó la figura
de Moll, destacando que ningún signo explicaba su «talante
autodidacta». Después, el vídeo «El català, llengua d'Europa»
mostró la realidad de la lengua en el conjunto europeo. Por último,
«La Balanguera», cantada por la Coral Universitària de les Illes
Balears, cerró el inicio del Any Moll.
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