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EFE/R.C. - SAN SEBASTIÀN
La bahía de San Sebastián y el arte de Chillida son todo un símbolo de la lucha por la paz en el País Vasco. Junto a la escultura «El peine de los vientos» se ha reprobado a los violentos y recordado a sus víctimas. Ahora, una nueva pieza monumental se instala en este espacio natural, un trabajo del veterano escultor Jorge Oteiza (1908), hace ya mucho tiempo alineado contra el terror y por la libertad en su tierra. «Construcción vacía», que así se denomina la monumental obra, fue colocada este fin de semana junto al mar en un acto al que el artista, uno los padres de la escultura vasca contemporánea, no pudo asistir por problemas de salud.

El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, destacó la «dialéctica» establecida en los dos extremos de la bahía entre Oteiza y Chillida, y precisó que el proyecto de «Construcción vacía» en la ciudad, que comenzó a gestarse hace cuatro años, ha costado medio millón de euros. Opinó que la denominación que el artista dio a la obra en 1957 «parece una premonición» de la actual situación del País Vasco, una comunidad que, a su juicio, está «cada día un poco más vacía de ilusiones, de diálogo y de aportaciones». Quienes provocan este clima han atacado en más de una ocasión el trabajo escultórico de Oteiza, especialmente los árboles pintados en un bosque guipuzcano, por ser una de las primeras voces del mundo cultural en alzarse contra la violencia y el miedo que provoca a los ciudadanos.

Odón Elorza presidió la inauguración de esta escultura, situada donde antes había un ermita, que Oteiza diseñó en 1957 para la feria bienal de São Paulo (Brasil). Allí estuvo Pilar Oteiza, sobrina del artista, el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, el artista Nestor Basterretxea, la viceconsejera vasca de Turismo, Koro Garmendia, así como concejales donostiarras y el cocinero Martín Berasategi.

La ceremonia fue sencilla y contó con los ingredientes solicitados por Oteiza: la interpretación del «Preludio de la Suite para violoncelo número 1» de Bach y el acompañamiento musical del acto por parte de la Banda Municipal de Txistularis de San Sebastián.

El arquitecto Jesús Barreiro explicó que Oteiza «siempre ha buscado el mar, la puerta del mar», por lo que no se descarta que el artista cambie el nombre de la obra cuando la vea, ya colocada, en el Paseo Nuevo.