El Arco prebélico ha comenzado satisfactoriamente para los
artistas y galeristas isleños. Los coleccionistas ya han comprado
en todos nuestros stand, demostrando especial interés por los
creadores más jóvenes.
Anteayer, día de inauguración, los galeristas cerraban ventas y
contabilizaban las primeras reservas. Debutante en la feria con
Maior, la pollencina Aina Perelló conseguía colocar una colección
de fotografías en la colección de la Fundación Coca Cola, buen
cliente de esta galería que ya cuenta con piezas de Amador y Susy
Gómez. Jerónima Martínez también vendió obra de Ricardo Cavada y
Darío Urzay, artistas de su fondo. Santiago Picatoste, que va con
la danesa Asbaek y con Xavier Fiol, ya disfrutaba ayer de puntos
rojos. «Estoy flipado», decía contentísimo. Un coleccionista
privado le compró un cuadro en la primera y la Fundació La Caixa
otro en la segunda. Fiol también recibió una oferta de una
colección institucional para la escultora vasca Begoña Goyenetxea.
Fiol Y Bernardo Rabassa, de Altair, comparten stand. Convencidos de
la calidad de la feria de este año, comentaban: «Las primeras
impresiones son excelentes, la feria es muy buena, el público lo
ve, y no sería justo que con esta calidad el coleccionismo no
respondiera». Los artistas que viajaron con Rabassa se situaban en
la rampa de salida del mercado. Un cuadro de gran formato de Paco
Espinosa estaba «a punto de caramelo» para una colección
institucional; otra enorme tela de Ramírez Suassi tenía una oferta
de una colección privada y también los metacrilatos pop de Pep
Vives despertaron interés en los compradores.
En Joan Guaita «sorprendieron mucho» las nuevas obras de un
maestro del arte cinético, Jesús Soto, y se vendieron varias
esculturas del cubano Mendive, artistas del fondo de la galería.
«Se pregunta mucho por los precios, lo que es fundamental en una
feria», decía Guaita.
La galería de Pep Pinya comenzó con las mejores perspectivas.
Guillem Nadal, una de sus apuestas de los últimos años, vendió en
un día sus nuevos «Erms», un tríptico de gran formato y otras dos
telas. A la lista de éxitos se suman varios cuadros de Pep
Llambías, otro artista en el que Pinya ha puesto el acento, dos de
Menéndez-Rojas y una escultura de Pep Sirvent.
Los galeristas suizos arrasaron en Ferran Cano, donde compraron
piezas de los mallorquines Pep Guerrero, Emilio Cano, Enric Mas y
de Gonzalo Rueda. Y se ha reservado una obra de Amparo Sard. «Nos
conocen de la Feria de Basilea y nos han comprado mucho». El Reina
Sofía compró un cuadro de José María Sicilia.
Ayer se presentó en Arco el Centro Cultural de Andratx,
propiedad de la galerista Patricia Asbaek, con un divertido
almuerzo en un espacio diseñado por los alumnos de la escuela de
Arquitectura de Madrid.
Mariana Díaz
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