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«Tres años es la medida necesaria para hacer un disco». Tres años para que las ideas reposen y pueda «crearse un lenguaje propio». Siempre siguiendo una premisa: «Los elementos musicales deben estar siempre al servicio de la historia». Y, llegado el momento, hay que mostrar ese trabajo, un trabajo que debe «poder defenderse solo». Así se presentará Miquel Pujadó esta noche en el Centre de Cultura Sa Nostra, donde defenderá su nuevo disco, «Estabilitat precària».

-¿Cómo definiría «Estabilitat precària»?
-Se trata de un disco del que estoy bastante orgulloso. Me ha servido para aprender, porque siempre se aprende algo nuevo, y para, a nivel musical, demostrar mi feeling con mis músicos habituales. Además, es el trabajo en el que voy más lejos en el análisis ideológico, molestando y siendo muy incisivo. Hablo de la función del arte, de la vida cotidiana, de la actualidad, de la tendencia del poder a criminalizar a los rebeldes y del camino recorrido desde la transición hasta el hoy.

-¿El hilo conductor es la estabilidad precaria?
-Sí. Es lo que define al ser humano a nivel político, social y cultural. Nos da la oportunidad de ser. Buscar y asumir nuestras dudas, que no somos nada definitivo, nos permite ir más allá de las cosas.

-¿Cree que la gente no se implica?
-Las personas buscan la seguridad. La gente tiende a la facilidad, porque es más fácil no cuestionar continuamente lo que sucede. Los caminos más fáciles son seguidos por las masas. Las minorías, por su parte, intentan luchar contra las propias dudas.

-¿Las canciones ya no cuentan historias, están vacías de contenido
-Hay que defender la idea de la canción narrativa. Antes, un disco era un accesorio y, la canción, un hecho irrepetible que debía defenderse en directo. Ahora, funciona al revés. Por eso reivindico la existencia de pequeñas salas, porque es allí donde se foguean los artistas y el propio público. En la actualidad, si un primer disco no vende un número de copias, el músico no grabará un segundo. De ahí la expresión de artistas kleenex. Las casas discográficas no dejan que el autor busque su camino, la libertad artística está amenazada.

-Usted que conoce con exactitud la historia de la música en catalán, ¿cómo era y en qué se ha convertido?
-A finales de los 70, existía un público que posibilitaba la creación de infraestructuras. Sin embargo, las instituciones democráticas se olvidaron de poner las bases. El poder político consideró que la Nova Cançó era difícil de controlar y, por lo tanto, un movimiento molesto. De ahí que le diera el calificativo de momento histórico fruto del franquismo y, por consiguiente, terminado. Era más fácil intentarlo con el rock. Hoy, existen diferentes estilos y estéticas. La música debería contemplarlos de una manera complementaria, buscar salidas comunes y no seguir simples modas.