Los organizadores de este curso, dirigido a profesores e
investigadores de la literatura, se han fijado los objetivos de
ofrecer una visión integral y completa de su obra; profundizar en
los mecanismos y concepciones estéticas que le dan vida; dar a
conocer su persona como escritor excéntrico y solitario; y,
finalmente, rendir un merecido homenaje a un de los grandes
escritores mallorquines. Cristóbal Serra, que se mostró orgulloso
de pertenecer a la generación de Joan Bonet, reconoce que «soy un
autor cuya obra se caracteriza por la ruptura de los géneros
literarios». Considerado como uno de los pioneros que en los años
60 rompió con la literatura realista para pasar a la surrealista,
se resiste a incluir su obra en una corriente literaria concreta y
afirma «comencé en la vanguardia y, tal vez, no la he llegado a
abandonar nunca. Algunos dirán que soy un poco dadaista y otros más
surrealistas. Decidí romper con el realismo y me entregado por
completo al juego imaginativo».
Cada una de las jornadas del curso, que se clausurará el próximo
día 7, estará dedicada a un eje temático artístico distinto: la
primera, a la ruptura con la literatura de compromiso, con especial
atención a la obra «Péndulo»; la segunda, a la seva dedicación
especial a los aforismos; la tercera, a sus viajes quiméricos e
imaginarios; la cuarta, a la literatura de sus diarios; y la
última, a la vertiente más esotérica de su obra.
«Me satisface mucho que se haya organizado un curso para
profundizar en mi obra. Sin duda, dará una idea muy acabada de todo
lo que haya podido escribir en estos 40 años», comentó el escritor
antes de pronunciar la lección inaugural, que tituló «Yo,
asnomaníaco» y en la que afirmó sentirse identificado con el
disparate, «como fenómeno surgido de la razón, pero contrario a
ella. Un disparate es tan natural como un refrán razonado»,
dijo.
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