La parroquia de Santa Creu inaugura hoy una exposición sobre su
patrimonio artístico y abre al público la capilla de Sant Llorenç,
dos elementos que se incluirán dentro del itinerario cultural «La
Ciutat i la Mar» que ha organizado la Conselleria de Turisme. Tanto
la exposición de arte sacro como la rehabilitación de la capilla de
Sant Llorenç han sido financiados con el dinero recaudado con la
Ecotasa.
La exposición se encuentra en la sala de Arte Sacro, un espacio
nuevo situado en la planta baja de la rectoría. Allí se expone una
muestra de objetos litúrgicos de plata y joyas, así como piezas de
indumentaria para uso religioso. El discurso expositivo, según
explicó ayer su creadora, la historiadora Aina Pascual, se articula
en torno a tres temas históricos: la parroquia y la Cartoixa de
Valldemossa, el Santcrist de Santa Creu y su cofradía; y el
corsarismo y el comercio marítimo, el barrio en los siglos XVII y
XVIII.
En sus vitrinas se pueden ver algunas piezas singulares del
patrimonio de la parroquia, como la cruz procesional de la Cartoixa
de Valldemossa, la custodia regalada por el general Barceló o la
Mare de Déu morta, una talla muy notable del siglo XVI. También se
muestran dos exvotos del siglo XVIII que han sido restaurados para
la ocasión.
Por lo que se refiere a la capilla de Sant Llorenç, se trata de
un espacio monumental muy desconocido y que es una de las mejores
muestras del arte gótico en Mallorca. Construida a finales del
siglo XIII, guarda una gran similitud con algunos de los edificios
del orden del Císter en Catalunya. La capilla se conserva en su
estado actual, ya que, como dijo Pascual, «sólo se cambió la
iluminación de los años 60, muy agresiva, por una más adecuada al
monumento». En la capilla se puede ver el retablo original del
siglo XVI y una talla antigua.
Esta es la primera fase de los trabajos para abrir la iglesia de
Santa Creu a los ciudadanos, ya que para más adelante está previsto
realizar un recorrido por las capillas más destacadas de la
iglesia, crear un espacio expositivo dedicado al barroco en el
coro, una sala del gótico en el campanario y a éste adaptarlo para
que puedan subir los visitantes para contemplar sus vistas.
El conseller de Turisme, Celestí Alomar, destacó que el objetivo
de estos proyectos es «recuperar Palma para el turismo, ya que
Palma ha sido la gran olvidada en los últimos años para el
turismo». Pere Muñoz, director general de Cultura, destacó el hecho
de que una conselleria que no es la suya haya decidido invertir en
la Cultura, «ojalá otras lo hicieran», dijo, y señaló que «es una
nueva oferta para los ciudadanos y los turistas». Por su parte, el
rector Miquel Orell, se mostró muy satisfecho con el resultado.
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