Tres pintores góticos de Mallorca, en el Museu d´Art Nacional de Catalunya

La muestra recoge la influencia de la pintura flamenca en los territorios de la Corona de Aragón y gravita en torno a la figura de uno de los artistas más importantes de aquel tiempo, Bartolomé Bermejo, un cordobés que trabajó en Valencia, Daroca, Zaragoza y Barcelona. «La pintura gòtica hispanoflamenca. Bartolomé Bermejo i la seva època» se ha estructurado en varios ámbitos dedicados a Valencia, Aragón, Cataluña, Castilla y, por supuesto, Mallorca, que se relacionan con un espacio central en el que se exhibe la pintura de Bermejo. Francesc Ruiz, del MNAC, fue comisario de la exposición junto a Ana Galilea, del Museo de Bellas Artes de Bilbao. La aportación de expertos por parte de Mallorca se centra en el padre Gabriel Llompart, integrante del comité científico de la muestra y autor de un texto del catálogo, y Joana Maria Palou, directora del Museu de Mallorca y autora también de varios textos. En uno de ellos Palou documenta una obra de Pere Terrencs atribuida hasta ahora a Sedano.

Francesc Ruiz decía ayer desde Barcelona: «El ámbito en el que se exhiben las obras de los tres pintores mallorquines, que son muy importantes, es precioso; a la entraba de la exposición se encuentra una pieza estupenda, el Sant Sebastià de Alonso Sedano de la Sala Capitular gótica de la Seu». El resto de pinturas mallorquinas que se exhiben son una tabla de Sant Onofre, del retablo de Sant Bernardí, firmada por Joan Rosat, y otra del retablo de la Visitación que pertenece al fondo de las monjas de Inca. Alrededor de 1420 surge en Flandes un nuevo sistema de representación, al mismo tiempo que en Italia triunfa el Renacimiento. Esta pintura flamenca «se carateriza por la aparición de la técnica al óleo y las texturas que ésta ofrece, texturas pétreas, textiles y vítreas, que tiene mucha aceptación», añade Francesc Ruiz.