Desde la izquierda, Marcin Bronikowski, Carlo Ventre, Julia Kim y Raffaella Angeletti. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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El teniente de la marina Pinkerton viaja, por trabajo, a Japón. Allí, conoce a la joven Cio-Cio San, más conocida por Madame Butterfly, con quien inicia un romance. Inspirada en un hecho real narrado por el misionero John Lutter Long, la obra «Madama Butterfly» de Giacomo Puccini empieza a tomar forma de la mano de la Fundació Teatre Principal. El primer montaje de la XVII Temporada de Ópera se representará los próximos 14 y 16 de marzo en el Auditòrium.

«Cio-Cio San es un personaje fuerte y delicado a la vez», comentó Raffaella Angeletti, Madame Butterfly. Fuerte porque, hasta el final, «cree en su amor hacia Pinkerton» y porque «reniega de su pasado, su historia y su religión». Frágil por «ser tan joven y por los hechos que le suceden en tan poco tiempo». Hechos que deben escenificarse mediante la voz. En el primer acto, la soprano tiene que transformarse en «una niña que juega a seducir». En el segundo, «Cio-Cio ya ha tenido un hijo y ha madurado», situación que debe explicarse a través del canto. En el tercero, «regresa a su niñez cuando ve que Pinkerton no volverá» y, también, se llena de «madurez» en el acto final.

«Se trata de un personaje fatigoso porque permanece mucho tiempo en escena». A pesar de haber interpretado 40 veces a Buttterfly, la soprano reconoce que siempre descubre «elementos nuevos». «Me encanta el papel». Enfrente está Pinkerton, el villano. «Sólo quiere enamorarla para poder acostarse con ella», comentó Carlo Ventre, encargado de representar al teniente de la marina norteamericana. El personaje debe transmitir «mediante la voz» cómo «enamora a Madame Butterfly», un trabajo difícil a pesar de «la creencia de que el personaje es sencillo». «Me gusta porque es mi contrario y, por ello, debo hacerle creer al público que me parezco». Para el tenor, el tema puede trasladarse perfectamente al presente. «Muchas personas viajan a otros países para tener sus encuentros sexuales», igual que hace Pinkerton. «Es real».

En medio de la pareja se sitúan Sharpless, el cónsul de Estados Unidos en Japón, y Suzuki, la criada de Cio-Cio San. Ambos tienen en común tener más años y, por lo tanto, más experiencia. «Sharpless se encuentra en el centro de una farsa y ante una situación que le desagrada», aseguró Marcin Bronikowski, Sharpless. Conoce las intenciones de Pinkerton y sabe que no regresará nunca al lado de Madame Butterfly. Suzuki, por su parte, alerta a su ama de la situación. «Es la más racional y ve con claridad lo que sucederá», en palabras de Julia Kim, quien interpreta el papel de la criada. Cio-Cio San está «fascinada por el mundo occidental» mientras que la criada se mantiene «más escéptica» y más cercana a «las tradiciones japonesas».