El yacimiento principal en el que intervendrán los arqueólogos se encuentra en la zona portuaria de ses Figueres.

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Un equipo de arqueólogos mallorquín se prepara para afrontar el proyecto de recuperación, consolidación y musealización del monasterio de la época bizantina que se encuentra en la isla de Cabrera. Los trabajos, que se desarrollarán en distintas fases hasta 2004, cuentan con una subvención de 180.000 euros, aportados íntegramente por el Ministerio de Medio Ambiente. El objetivo que persigue el proyecto, que se iniciará en abril, es recuperar para la sociedad uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Balears, el supuesto núcleo principal del monasterio que existió en Cabrera en época bizantina, desde los siglos V a VII d.C. Los expertos también justifican la intervención para salvar el monumento, que está sufriendo un fuerte deterioro debido a la acción del mar y a los visitantes, y en el hecho de que supondría dotar al Parque Natural de Cabrera de su primera zona arqueológica musealizada, lo que mejorará su oferta cultural.

Mateu Riera, el arqueólogo que encabezará al equipo científico que desarrollará el proyecto junto a la arqueóloga municipal Magdalena Riera, explicó que, inicialmente, los trabajos se centrarán en la zona de ses Figueres. En esta zona portuaria, los trabajos de prospección han identificado el principal asentamiento del monasterio, donde se diferencian una zona de necrópolis, una zona de salazón (con 14 depósitos localizados) y un lugar de habitación, como parecen testimoniar los numerosos restos de cerámica encontrados en la superficie. Pese a que el proyecto contempla la excavación, consolidación, musealización y posterior trabajo de difusión, la partida con la que el Ministerio subvencionará la investigación sólo servirá para realizar la primera parte del estudio que centra su actuación en ses Figueres.

Pese a ello, según explicó Riera, existen otros asentamientos menores diseminados por la isla e incluso en Conillera. Según argumenta el arqueólogo, esta comunidad monacal habría mezclado el cenobitismo, una vida en comunidad que se habría desarrollado en el yacimiento principal, con el eremitismo, un tipo de vida identificada con grupos más aislados testimoniados en estos yacimientos secundarios. Por lo que se refiere a los trabajos de musealización, serían la intervención última del proyecto, tras la consolidación de los restos del yacimiento que quiere conseguir un equilibrio estable entre el monumento y su entorno físico inmediato.