La Comissió de Patrimoni Històric del CIM ha paralizado las obras
de rehabilitación de la fortaleza del Temple y ha puesto en marcha
un expediente de infracción al promotor Fernando Palazuelo quien,
como anunciaba meses atrás una banderola colgada sobre la fachada
del inmueble, pretende hacer nueve pisos de alto standing. Miquel
Angel Grimalt, director insular de Urbanisme i Patrimoni del CIM,
explicó ayer que la actuación de su departamento se debe a que se
«detectó la ejecución de obras no autorizadas ni ordenadas» en esta
construcción de época árabe que está declarada Bien de Interés
Cultural (BIC).
Desde que Maria Àngeles e Isabel Oleza vendieron el edificio a
la empresa Casas Góticas, en abril del año 2002, la llamada
fortaleza de Gumara no ha dejado de ser noticia al tratarse de una
construcción catalogada con la máxima protección que contempla la
ley y uno de los escasos restos del período islámico que se
conservan en la ciudad de Palma.
Patrimoni Històric «ordenó que se apuntalara la cubierta
posterior del edificio para proteger la integridad del mismo» ya
que, en algunas zonas, había quedado al descubierto tras las catas
arqueológicas que se llevaron a cabo por petición de este
departamento, y que son preceptiva antes de actuar en un edificio
histórico. Al mismo tiempo «autorizó el revestimiento provisional
de las paredes de la fachada» para protegerlas en aquellos lugares
que habían quedado al aire después de las citadas catas. Pero, como
apuntó Grimalt, existe la sospecha de que el promotor se
extralimitó y «continuó obras no autorizadas». Ese es el motivo de
la paralización del trabajo y de la puesta en marcha del expediente
de infracción.
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