TW
0

La grande de la copla, el mito del cine en los años 30, Magdalena Nile del Río, o lo que es lo mismo, Imperio Argentina, no quiso abandonar la vida sin dejar de cantar y murió feliz, el viernes, a la edad de 92 años, mientras cantaba y tocaba las castañuelas en casa de su nieta. Sus restos mortales fueron trasladados inicialmente al tanatorio del Cementerio Internacional de Benalmádena y, posteriormente, a la Casa de la Cultura de Arroyo de la Miel de esta localidad, donde quedó instalada la capilla ardiente por la que pasaron familiares y amigos para darle su último adiós. El entierro se celebrará hoy.

Nacida en el barrio bonaerense de San Telmo en 1910 en el seno de una familia de artistas -su padre fue el guitarrista Antonio Nile y su madre, la actriz Rosario del Río- no se convirtió oficialmente en española hasta 1999, aunque ella siempre aseguraba que lo era de corazón. Para los que la conocían personalmente, como su biógrafo, el musicólogo Martín de la Plaza, Malena del Río e Imperio Argentina eran «como una especie de Jeckyll y Hyde. Imperio era extrovertida, cariñosa y sorprendente, y Malena introvertida, amiga de sus amigos, recelosa de su vida privada y poco familiar».

Nació argentina, en Buenos Aires, y murió en Málaga y española. Hasta el último momento estuvo dispuesta a subirse a un escenario a interpretar esas canciones que ya había convertido en clásicos. Última representante de una generación de grandes estrellas de la canción española junto a Concha Piquer y Estrellita Castro, siempre será identificada por sus personajes cinematográficos y por coplas como «Antonio Vargas Heredia» o «El día que nací yo».