Una docena de jóvenes voluntarios mallorquines trabajan desde ayer
y durante las dos próximas semanas a las órdenes de los arqueólogos
Pep Merino y Maria Magdalena Estarellas, en el tercer campo de
trabajo de Bóccoris, organizado por el Ajuntament de Pollença.
Voluntarios y expertos tratarán de determinar durante los próximos
días la potencia de este yacimiento que corresponde a una
civilización indígena y que está datado entre el siglo II a.C y el
siglo III d.C.
A diferencia de otras conocidas campañas arqueológicas que
estudian restos romanos como la de Pollentia en Alcúdia, el campo
de excavaciones de Bóccoris estudia un yacimiento de una ciudad
indígena, de la que hasta hace tres años sólo existían menciones
documentales pero que nunca había sido excavada y por lo tanto no
se disponía de pruebas fehacientes que garantizaran que las
menciones históricas eran ciertas.
Durante el primer año de excavaciones, en 2001, los arqueólogos
hallaron restos cerámicos importantes que permitieron establecer
una cronología de ocupación con restos de los siglos II y III d.C y
del II y I a.C. Pep Merino, codirector de las excavaciones explica
que «fue un descubrimiento importante el hallar los restos de los
siglos II y III d.C porque las menciones que había en los libros
hablaban de que en el siglo I d.C la ciudad ya estaba en decadencia
pero hemos podido comprobar que perduró en el tiempo».
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