Las primeras cerámicas de Miquel Barceló para la capilla de Sant
Pere de la Seu llegaron ayer por la mañana a la catedral
procedentes de Vietri, Italia. Ayer mismo también se dio a conocer
el hallazgo de unas pinturas murales del siglo XIV en la pared
derecha de dicha capilla que ya hacía una semana que se habían
descubierto. El mural cerámico de Barceló tapará estos vestigios de
la decoración original de este pequeño recinto del templo. Las
cerámicas fueron transportadas desde el puerto hasta el polígono de
Son Castelló, donde Barceló tiene un taller. De allí, se llevaron
hasta la Seu en cinco viajes en camión. Vincenzo Santoriello, el
ceramista que ha trabajado con Barceló en Italia, se encargó de la
operación. Durante la misma, una de las cajas cayó al suelo y no se
sabrá, hasta que se abra, si la cerámica se ha roto. Barceló ha
recreado en cerámica el milagro de los panes y los peces y ha sido
el material referente a los primeros, más las gerres, el que ayer
entró en la catedral. El próximo jueves arribará una segunda remesa
con los peces y, en enero, el frontal con la imagen de Cristo
crucificado.
Pero la verdadera noticia del día fue la pintura mural en cuya
documentación trabajan los técnicos de Patrimoni Històric del
Consell. Una restauradora del CIM fotografió las pinturas, tomó
unas pequeñas catas para estudiar sus patologías e hizo un calco
sobre papel de las mismas. Joan Josep Mas, director insular de
Patrimoni, supervisó el trabajo de la especialista. Pere Joan
Llabrés, Delegat Diocesà de Patrimoni, quien había comunicado el
hallazgo en la Comissió Diocesana de Patrimoni realizada la tarde
anterior; el padre Gabriel Llompart, experto en gótico mallorquín,
y Joana Maria Palou, directora del Museu de Mallorca, también se
acercaron a la Seu para ver las pinturas y explicarlas a los
periodistas, convocados para el recibimiento de las cerámicas.
Las pinturas murales representan una escenografía funeraria y no
se encuentran en muy buen estado ya que, según Palou, «han perdido
la plasticidad, el volumen y son como una radiografía de lo que fue
la pintura original». Lo que en estos momentos se ve en la pared
son tres figuras que podrían representar a los apóstoles, un
caldero, cuatro escudos, una cenefa con dibujos geométricos de
diferentes colores y cortinajes que rodean dos arcos góticos. Todo
este conjunto enmarcaría dos tumbas. Aparte de estos elementos,
quedan restos de policromías grises, azules y rojas, que se
aprecian claramente. Fueron pintadas de manera directa sobre la
piedra a base de pigmentos y aglutinantes naturales. Son de
influencia italiana.
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