Gabino Diego posó ayer en Palma con su perra «Panchita» que le acompaña en la gira. Foto: JAUME MOREY

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Un texto propio, un montaje repleto de anécdotas personales y un escenario para él solo. Gabino Diego regresa al teatro con un monólogo, «Una noche con Gabino», en el que realiza todo aquello que siempre había querido hacer, desde cantar hasta hablar de sus inicios o recitar poesía. La obra puede verse en el Auditòrium desde hoy y hasta el domingo. «En el montaje incluyo personajes inventados más otros reales», afirmó el actor. Algunos de ellos son nuevos mientras que, el resto, son los que Gabino ha ido representando a lo largo de sus veinte años de carrera. «Quería meterlos a todos en una obra y mezclarlos con la música y la poesía, mis otras pasiones». De esta manera, queda una «especie de plato combinado» en el que aparece, incluso, el papel de Gabino, uno de los roles más difíciles de construir porque «había que convertirlo en un personaje».

El principal problema fue encontrar «un hilo conductor». Al final, optó por situar a Gabino durante toda la trama «a la búsqueda del hilo conductor». Y, mientras no lo encuentra, va enlazando temas y personajes hasta alcanzar la cifra de más de cuarenta papeles diferentes. La búsqueda del amor, la música, Elvis Presley o la crítica social aparecen y desaparecen con la única intención de «hacer reír al espectador». «No quería dar una lección al público, sólo que pasara un rato agradable». Aún así, surgen temas actuales como George Bush, Fidel Castro o José María Aznar, porque «lo que sucede en el mundo no se puede omitir».

«Empecé haciendo monólogos antes de hacer cine aunque, ahora, es la primera vez que me subo solo a un escenario». El metro o el parque le ayudaron, en sus inicios, a coger tablas, unas tablas que le llevaron primero al teatro y, después, al mundo del celuloide. Sin embargo, Gabino siempre se ha considerado «un hombre de teatro». «Me ha dado los momentos más felices de mi vida, es como una madre a la que siempre se puede volver». Por eso ha dejado de lado sus proyectos cinematográficos o televisivos y se ha centrado en «Una noche con Gabino». «Era el momento apropiado, la idea estaba madura y llevaba demasiado tiempo pensando en hacer este monólogo». El éxito que estas obras tienen en la actualidad «no ha influido en nada». En el montaje, el público participa activamente. «En un principio, me olvidé de los espectadores pero, durante la gira, descubrí que se trataba de una equivocación y cambié el esquema». Para Gabino, la gente «necesita ver y compartir cosas» y el espectáculo les permite «reírse en compañía, algo muy hermoso». El próximo verano, Gabino tiene previsto regresar a la gran pantalla. «El cine español vive un momento extraño debido a los problemas económicos que padece». Antes, había «más fuentes de financiación». Ahora, «hay menos». «No sé hacia dónde nos llevará esta situación».