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Artistas y expertos en arte que han visitado Es Baluard coinciden en que la resolución final de su arquitectura ha sido un acierto. Que Mallorca tenga por fin un museo que aspira a la proyección internacional, fruto de la convergencia de todas las administraciones políticas y la iniciativa privada, es un rasgo que se valora, al mismo tiempo que se pide a sus gestores que desarrollen un proyecto de acuerdo con las expectativas generadas, como es la inauguración del aljibe con una instalación de la artista alemana Rebecca Horn. El escultor Ben Jakober es rotundo: «Conozco muchos edificios antiguos recuperados y la intervención en éste es, de lejos, la mejor, sin matices. Los arquitectos han estado a la altura de cualquier nombre internacional en este tipo de intervenciones. El concepto y la ejecución han sido perfectos». Aunque no conoce cómo se desarrollará el programa museístico, apunta: «Con la participación de Rebecca Horn, una de los veinte artistas más importantes del mundo, no te puedes equivocar». Y añade una reflexión nueva a la visión de Es Baluard. «Cuando antiguamente los navegantes entraban en la bahía veían representados, arquitectónicamente, tres poderes: el político, con la Almudaina; el eclesiástico, en la Seu, y el comercio, en sa Llonja. Ahora se verá también el de la cultura».

La artista Yannick Vu alabó el trabajo de los arquitectos. «Han sabido mantenerse en un plano más neutro, lo que es difícil, y no niegan la muralla». Yannick visitó el edificio «con gente de Nueva York, relacionada con el MOMA, y les pareció fantástico, el contenedor es realmente bello». Respecto a que el museo ya sea una realidad, señala que «Mallorca debe ser consciente de lo que ha ocurrido, que no es nada fácil, y debemos agradecer la visión de una persona que ha sabido extraer lo mejor de las instituciones». Sobre la presencia de Rebecca Horn destaca que «enlaza el futuro con el pasado».

El pintor Ñaco Fabré, a quien su visita al edificio le «dio ganas de ponerme a trabajar allí mismo», le genera «buenas esperanzas, será bueno para Mallorca». «Como museo público ha de vivir una realidad y lo que necesita son buenas exposiciones, buenos proyectos, meterse en un circuito internacional y hacer un seguimiento actualizado del arte contemporáneo». Otro escultor, Eugenio López, dice que «su ubicación viene a regenerar, de forma notable, tanto el propio edificio como buena parte de un barrio hasta ahora marginal. El espacio nuevo que ha generado es un excelente diálogo de tradición y modernidad arquitectónica; tiene una medida muy atractiva, y la muralla acota, doblemente, ese espacio para la contemplación y el silencio que debe ser un museo». El pintor Erwin Bechtold califica de «extraordinaria» la arquitectura y la «resolución de los espacios interiores para colgar obra». La ubicación «no puede ser mejor» y de su visita recuerda el paseo por la zona alta del edificio «entre el mar y la muralla». Respecto al fondo dice conocer la Colección d'Art Serra, que califica «como importante no sólo en la representación de obras de arte internacional, sino también de la pintura y escultura hecha en Baleares». Fernando Francés, director del Museo de Málaga, afirma: «El contenedor me parece bellísimo y la ubicación, excepcional». Opina que los museos deben estar situados en «zonas céntricas y no aisladas, porque su objetivo es acercar la cultura a los ciudadanos, no poner dificultades», y añade: «Rebecca Horn es una de las artistas europeas que más me han interesado». Todo está a favor del museo, concluye, lo «difícil es saber mantenerse» y ofrecer un buen programa sin ir «matando pájaros según vayan apareciendo».