Carme Riera: «Se necesita una perspectiva de años para poder hablar de la posguerra». Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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Una escritora narra, en primera persona, una historia. Una autora mallorquina, indefinida, que busca recuperar la identidad. A pesar de no tratarse de una novela «autobiográfica», «La meitat de l'ànima», de Carme Riera, incluye ciertos elementos de la propia escritora. «Es difícil dejarlo todo al margen». Ayer, presentó la obra en el Centre de Cultura Sa Nostra.

-¿Cómo definiría su novela?
-Una novela de intriga que está ubicada en la posguerra y que transcurre entre Mallorca, París, Barcelona y Avignon. También es un libro de viajes en el que el protagonista parte a la búsqueda de la identidad, conformando la identidad y la memoria los dos ejes claves de la trama.

-La posguerra parece haberse puesto de moda entre los autores.
-Me interesa hablar de una época que no he vivido pero que se acerca a los años cincuenta, que sí viví. Creo que necesitamos una perspectiva de años para poder tratar ese periodo. Existen novelas interesantísimas que hablan de esa época, y no son actuales.

-¿Cuáles son los otros temas?
-Sin memoria no hay identidad posible, sin saber de dónde venimos y de dónde proceden nuestras raíces. La memoria de los años cincuenta es importante pero también lo es las reflexiones sobre la lengua, la religión o sobre la industria editorial que hace la escritora que cuenta la historia.

-¿Unas reflexiones críticas?
-Sí, por ejemplo sobre la industria editorial, que se encuentra en un momento nefasto por la literatura en sí y no por los libros. La literatura, hoy, vive una sobresaturación. Esta circunstancia hace que los lectores no puedan escoger obras que realmente les interesen. Habría que tener un mayor interés por los autores clásicos y no publicar tanto, hacer una selección mayor.

-En el libro pide ayuda al lector para acabar la historia, ¿por qué?
-Nunca lo había hecho. Una de las cosas más importantes que puede pasar en el universo de la literatura es que el lector se implique. Cuando leemos un libro nos convertimos en el personaje que incluye la narración. Si es un lector culto, que ha leído algunas de las obras claves de la literatura universal, descubrirá enseguida que alguna de las cartas que aparecen pertenece a una persona determinada, el candidato a la paternidad de la narradora.

-En esta ocasión, ha dejado de lado la novela histórica para adentrarse en una intriga.
-Ya había escrito novelas históricas. Ahora, me interesaba ver qué podía hacer desde otro ámbito. Me divierte más encontrar caminos que no haya explorado antes, a cualquier escritor le pasa.

-¿Qué opina del resultado de las elecciones? ¿Y del 11-M?
-La gente ha votado en relación al atentado y a la falta de información existente. Es un resultado que me satisface porque la crispación a la que se había llegado, casi de enfrentamiento, podrá ser resuelta por Zapatero. No se podía regresar, como se hacía, al viejo tema de las dos Españas.

-¿Qué siente cuando regresa a Mallorca?
-A veces me indigno mucho por la cantidad de cemento que hay en esta Isla. Tenemos que ser conscientes que, a lo mejor, nos comemos la gallina de los huevos de oro, algo que cualquier gobierno debe tener muy en cuenta. No tengo muchas esperanzas.