Una escritora narra, en primera persona, una historia. Una
autora mallorquina, indefinida, que busca recuperar la identidad. A
pesar de no tratarse de una novela «autobiográfica», «La meitat de
l'ànima», de Carme Riera, incluye ciertos elementos de la propia
escritora. «Es difícil dejarlo todo al margen». Ayer, presentó la
obra en el Centre de Cultura Sa Nostra.
-¿Cómo definiría su novela?
-Una novela de intriga que está ubicada en la posguerra y que
transcurre entre Mallorca, París, Barcelona y Avignon. También es
un libro de viajes en el que el protagonista parte a la búsqueda de
la identidad, conformando la identidad y la memoria los dos ejes
claves de la trama.
-La posguerra parece haberse puesto de moda entre los
autores.
-Me interesa hablar de una época que no he vivido pero que se
acerca a los años cincuenta, que sí viví. Creo que necesitamos una
perspectiva de años para poder tratar ese periodo. Existen novelas
interesantísimas que hablan de esa época, y no son actuales.
-¿Cuáles son los otros temas?
-Sin memoria no hay identidad posible, sin saber de dónde venimos y
de dónde proceden nuestras raíces. La memoria de los años cincuenta
es importante pero también lo es las reflexiones sobre la lengua,
la religión o sobre la industria editorial que hace la escritora
que cuenta la historia.
-¿Unas reflexiones críticas?
-Sí, por ejemplo sobre la industria editorial, que se encuentra en
un momento nefasto por la literatura en sí y no por los libros. La
literatura, hoy, vive una sobresaturación. Esta circunstancia hace
que los lectores no puedan escoger obras que realmente les
interesen. Habría que tener un mayor interés por los autores
clásicos y no publicar tanto, hacer una selección mayor.
-En el libro pide ayuda al lector para acabar la
historia, ¿por qué?
-Nunca lo había hecho. Una de las cosas más importantes que puede
pasar en el universo de la literatura es que el lector se implique.
Cuando leemos un libro nos convertimos en el personaje que incluye
la narración. Si es un lector culto, que ha leído algunas de las
obras claves de la literatura universal, descubrirá enseguida que
alguna de las cartas que aparecen pertenece a una persona
determinada, el candidato a la paternidad de la narradora.
-En esta ocasión, ha dejado de lado la novela histórica
para adentrarse en una intriga.
-Ya había escrito novelas históricas. Ahora, me interesaba ver qué
podía hacer desde otro ámbito. Me divierte más encontrar caminos
que no haya explorado antes, a cualquier escritor le pasa.
-¿Qué opina del resultado de las elecciones? ¿Y del
11-M?
-La gente ha votado en relación al atentado y a la falta de
información existente. Es un resultado que me satisface porque la
crispación a la que se había llegado, casi de enfrentamiento, podrá
ser resuelta por Zapatero. No se podía regresar, como se hacía, al
viejo tema de las dos Españas.
-¿Qué siente cuando regresa a Mallorca?
-A veces me indigno mucho por la cantidad de cemento que hay en
esta Isla. Tenemos que ser conscientes que, a lo mejor, nos comemos
la gallina de los huevos de oro, algo que cualquier gobierno debe
tener muy en cuenta. No tengo muchas esperanzas.
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