Jan Debbaut posó en Es Baluard junto a obras de Bechtold y Jakober & Vu. Foto: JAUME MOREY.

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Con una trayectoria de más de 30 años de trabajo ocupando cargos como la dirección del Van Abbemuseum-Eindhoven, el director de colecciones de la Tate Gallery de Londres, Jan Debbaut, visitó ayer el Museu d'Art Modern y Contemporani de Palma Es Baluard. Acompañado por el pintor Jakob Mattner, Debbaut se mostró gratamente sorprendido por los espacios y las vistas de Es Baluard y afirmó que «el museo cuenta con todos los ingredientes para alcanzar fama y prestigio internacional».

-¿Qué impresiones se lleva de Es Baluard?
-Creo que es muy interesante el modo en que se ha integrado la nueva arquitectura con la muralla preexistente. La intervención es muy respetuosa y anónima. Una cosa muy buena que tiene Es Baluard es esta integración de la antigua y la nueva arquitectura, que le proporciona una identidad propia. Por otra parte, el Aljub marca una diferencia importante, ya que los artistas que tengan que exponer trabajarán en una obra específica que, sin duda, contribuirá a crear la propia historia del museo.

-¿Cuál es la línea que tendría que seguir el museo para proyectarse hacia el exterior?
-Me gustan los museos que tienen un crecimiento orgánico, es decir, que tienen un crecimiento natural sobre sí mismos. Este espacio puede inspirar el trabajo y determinar la línea de futuro que tiene que seguir la colección. Si yo tuviera que marcar las líneas de actuación del museo, en primer lugar dejaría que los trabajos de artistas internacionales en el Aljub fuesen una de las directrices. Otra vertiente para explotar sería la de los artistas que viven o tienen relación con Mallorca, que confrontaría con el panorama internacional; finalmente, aprovecharía la posición de la Isla en el Mediterráneo para conectar con otros centros, ya que eso podría ser muy enriquecedor.

-Algunos sectores han expresado su desacuerdo con el criterio expositivo del centro. Los fondos de la Modern Tate tampoco responden a los criterios habituales de un museo. ¿Que opinión le merece a usted?
-Hoy no hay un dogma. Depende de la colección. Mientras las obras maestras hablan por sí mismas, a veces, cuando una colección no cuenta con estas grandes obras, un grupo de piezas puede servir para aludir a aquello que no se tiene. De todas maneras, mi experiencia me dice que Es Baluard tiene la escala para llegar a ser importante. Sólo es necesaria una sinergia entre las instituciones que lo gestionan y un director que en ningún caso tiene que ser un secretario.

-¿Qué virtudes debe reunir este director?
-Debe tener un proyecto, visión y una fuerte personalidad. Trabajar con un proyecto es lo que acaba por dar prestigio y fama internacional a un centro.

-¿Existen otros factores determinantes?
-El contexto es muy importante. En este sentido, cabe decir que, durante los últimos años, en el Estado español ha habido una gran proliferación de centros de arte contemporáneo que, dado el creciente interés, pueden encontrar su identidad y desarrollar sus propias colecciones.

-¿Qué criterios hace valer a la hora de adquirir o desechar una pieza para la Tate?
-Si se trata de la colección de la Tate British, el arte del siglo XV en adelante, tenemos que asegurarnos de que son las mejores obras. En lo que concierne al arte internacional, una colección relativamente joven, tiene la mirada atenta sobre los artistas británicos, pero con un deseo de abrirse a un espacio internacional mucho más amplio en respuesta a los cambios de los últimos tiempos.

-¿Cómo afecta todo este proceso al coleccionismo?
-A pesar de esta dinámica de cambio, el coleccionismo tiene que mirarse a medio y largo plazo. Algunas colecciones son acumulaciones de objetos, se parecen a una enciclopedia aportando información sobre pequeños conceptos. Yo concibo una colección como una novela en la cual hay una historia, unos protagonistas principales y otros secundarios. La colección de Es Baluard tendría que ser una novela.

-¿Cómo valora el momento actual que vive el arte?
-No puedo describirlo. Trabajo desde hace treinta años, ocho horas al día, y no puedo pensar en términos reductivos. El arte es un proceso abierto, siempre está en marcha.