La Palma de Oro del Festival de Cannes premió ayer el filme más
aplaudido de la competición: «Fahrenheit 9/11», un explosivo
documental del polémico director estadounidense Michael Moore, que
dedicó su triunfo a los niños de Estados Unidos e Irak. Al recibir
la distinción y tras una gran ovación del público presente, Moore
dijo que ojalá el premio le permita mostrar su película libremente
en su país, donde tiene problemas de distribución. Agregó que
espera que las cosas comiencen a cambiar en el mundo y confió en
que se imponga la verdad.
En cuanto a los restantes galardones, «Old Boy», del coreano
Park-Chan Wook, que ganó el Gran Premio del Festival de Cannes,
cuenta la complicada historia de un secuestro y una venganza.
Los dos premios de interpretación femenina y masculina, a Maggie
Cheung, protagonista del filme francés «Clean» y a Yagira Yuya,
intérprete de la cinta japonesa «Nobody Knows», respectivamente,
son merecidos.
En cuanto al galardón de la mejor dirección para el argelino
Tony Gatlif, realizador de «Exils», fue cuestionado por la prensa
especializada, que consideró ese filme muy deficiente y
superficial. El premio al mejor guión, en cambio, fue justamente
otorgado a Agnes Jaoui y Jean Pierre Bacri por su trabajo en «Comme
una imagen», una comedia francesa hecha a la manera de Woody Allen.
Si el premio del jurado para Irma Hall, de «The Ladykillers», de
los hermanos Coen, fue bien recibido por la crítica, no ocurrió lo
mismo con la otra cinta que compartió el galardón, la tailandesa
«Tropical Malady», de Apichatpong Weerasethakul, que fue juzgada
simple e ingenua.
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