El escritor Emili Bayó, Premi Llorenç Villalonga de Narrativa en
la pasada edición de los Ciutat de Palma, presentó ayer su novela
«L'edat de les paraules» con unas palabras de «preocupación» por el
«marcado» acento bilingüe en la política cultural del Ajuntament.
Por otra parte, Héctor Bofill también dio a conocer ayer su libro
«Les genives cremades», elegido Premi Joan Alcover de Poesia en la
citada convocatoria. Ambos hablaron de estos volúmenes en la Fira
del Llibre que se celebra esta semana en el Passeig Es Born de
Palma. Bofill, miembro del círculo «Els Imparables» -una nueva ola
de narradores catalanes que buscan la calidad literaria sin
renunciar a la crítica- puntualizó que «lo que más ilusión me hace
es ser jurado de la próxima edición del Premis Ciutat de Palma,
pero también es cierto que, si sigue 'así' la política cultural del
Ajuntament, la gente del Partido Popular firmará poco a poco el
certificado de defunción de la literatura hecha en catalán».
El poeta hizo estas declaraciones en referencia a la intención
de hacer bilingües (catalán y castellano) los tradicionales premios
literarios. Bayó también lamentó el desinterés de las instituciones
palmesanas por preservar la lengua propia del archipiélago. «L'edat
de les paraules» y «Les genives cremades» han sido editados por
Editorial Moll-Proa con un atractivo diseño de portada y un total
de 3.500 y 2.000 ejemplares respectivamente, con promoción
asegurada en Catalunya. Bayó explicó que «a partir de una edad hay
palabras que se hacen grandes. Palabras como amistad, chica, amor.
Básicamente, en mi novela se establece un diálogo entre el
protagonista y los clásicos de la literatura universal de
aventuras, desde 'La isla del tesoro' a 'Robin Hood'. Al final,
estas grandes obras ofrecen una serie de claves para la
interpretación de la vida. El protagonista quiere encontrar el
tesoro de su vida, aquello que justifique su existencia. La lección
final está en que todos tenemos nuestro tesoro. Pero hay que
valorarlo como tal». El autor, nacido en Lleida, ha enriquecido su
novela con numerosos pies de página que ofrecen nuevas claves para
interpretar la obra, ambientada entre el presente y el año 1975.
Bofill explicó que «Les genives cremades» está estructurada en dos
partes. «Una primera, más narrativa, que aborda el viaje de una
persona hasta una isla del mediterráneo, en busca de un nuevo orden
moral, emocional y sexual. La segunda parte es más pesimista. Es un
largo poema de 300 versos, con una métrica muy estricta, que
básicamente es un lamento por la mediocridad de la vida. Salen a
relucir las miserias de una pareja. Al final, creo que se desprende
una conclusión: es preciso que los seres humanos se traten bien a
sí mismos, para poder tratar bien a los demás».
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