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M.D/J.N/P.G.

El Patronato de la Fundació Bartomeu March aprobó ayer por «unanimidad de los asistentes» destituir a Basilio Baltasar como director de la institución, «relevándolo de cualquier cargo y ocupación que hubiera ejercido en la misma y revocándole sus poderes».

Esta decisión se adoptó después de destituir en el cargo de presidente del patronato a Manuel March Cencillo, hijo del fundador, y nombrar en su lugar a su hermana, Marita March Cencillo.

En la reunión, que había sido convocada por Manolo March, quien la desconvocó «in extremis», estuvieron presentes Leonor y Marita March Cencillo, Javier Chico de Guzmán y Bibiana Fierro March, esta última en calidad de secretaria del patronato. Faltaron Manuel March y Maritín Cencillo, viuda de Bartolomé March, quien hace tiempo delegó su voto en su hijo Manuel.

Joan Buades, abogado de la familia Fierro March, explicó que «es opinión de una parte de la familia que la destitución de Baltasar ha sido motivada por la pérdida de confianza, extralimitación en sus funciones, hacer y deshacer a su antojo, no respetar el orden jerárquico y enfrentar a la familia».

Según Basilio Baltasar, quien aseguró conocer la noticia de su destitución por este periódico, «los acuerdos adoptados en la reunión serán impugnados ante los tribunales porque la junta no fue legal». A esta afirmación contestó el letrado declarando que «de los seis miembros del patronato se reunieron cuatro», lo que otorga validez al voto por mayoría. También recordó que tanto por la Ley de Fundaciones como por los propios estatutos de la institución, el patronato puede reunirse siempre que lo soliciten dos de sus patronos y tiene que hacerlo al menos dos veces al año.

En el transcurso de la tarde de ayer los acontecimientos referentes a esta noticia se precipitaron y un nuevo comunicado firmado por el «presidente del patronato Manuel March, la vicepresidenta Maritín Cencillo y el equipo profesional de la Fundación Bartomeu March» acusaba a Marita March de «retener valiosos bienes que la Fundación estima que son de su propiedad por expreso deseo de su fundador». Las piezas de la discordia son el óleo de Goya «La condesa de Benavente» y el «Tríptico de Biniforani», del siglo XVI.

La reclamación de estos bienes «con objeto de cumplimentar el inventario de la Fundación, y siguiendo las peticiones de la Conselleria de Presidència del Govern», llevó a adoptar dos medidas: Por una parte, «la Fundación puso en conocimiento del Govern el problema» y por otra, «la Fundación interpuso una demanda contra Marita March reclamándole» el óleo de Goya.

Según Buades, «fallecido Bartolomé March se nombraron unos albaceas que hicieron el inventario y el reparto de la herencia. El Goya le tocó a Marita, que pagó los impuestos de transmisión de herencia, que fueron muchos». Sólo un juez podrá decidir si este cuadro tiene que ser devuelto a la Fundación y, si así fuera, «tendrá que hacerse un reajuste de la herencia», señaló al letrado. Respecto al «Tríptico de Biniforani», de acuerdo con el comunicado de Manuel March, «fue permutado por Marita March a cambio de una serie de muebles». Según se especifica, para tener validez, «esta permuta requiere la aprobación previa del Protectorado del Govern balear» y matiza que «este acto no se ha llevado a cabo» y por ello se reclama la pieza.

Joan Buades contesta que «no existe ninguna irregularidad, la permuta se hizo, fue aprobada por el patronato y firmada por Manuel March». Buades añadió que «es el patronato el que ha de solicitar la aprobación de la permuta al Govern», pero el hecho de que este órgano «no se haya reunido en dos años es el motivo por el que no se ha tramitado». La Conselleria de Presidencia está informada y dará curso a la petición en el momento de la recepción.

Los intentos de contactar ayer con las hermanas March fueron infructuosos.